En medio de la crisis política en Perú, que ya generó un roce diplomático con México, la presidenta Dina Boluarte renovó parte de su gabinete, nombrando al extitular de Defensa como su segundo primer ministro en dos semanas.
Este miércoles, durante su anuncio, la vicepresidenta del mandatario depuesto Pedro Castillo nombró al abogado Alberto Otárola presidente del Consejo de Ministros (llamado en Perú primer ministro), en sustitución de Pedro Angulo.
¿Qué pasa en el gobierno de Perú?
Con este movimiento, Otárola, hasta el miércoles titular de Defensa y una de las cabezas del gobierno en la contención de la crisis y las protestas generadas tras el autogolpe fallido de Pedro Castillo, se convirtió en el segundo jefe de gabinete en dos semanas de gestión de Boluarte, y el séptimo en año y medio.
Bajo la gestión de Otárola al frente de Defensa, cuyo nuevo ministro es el militar en retiro Jorge Chávez, se declaró el estado de emergencia en Perú que permitió a las Fuerzas Armadas intervenir en el control de las protestas que respaldaban a Castillo.
El 7 de diciembre, Castillo, un profesor rural de origen humilde, intentó cerrar el Congreso, pero no tuvo respaldo institucional y fue detenido bajo cargos de rebelión. Asumió la presidencia su vice, Boluarte.
Los partidarios de Castillo, sobre todo en poblaciones andinas, desataron protestas que fueron contenidas por las fuerzas de seguridad, con un saldo de 22 fallecidos hasta la fecha, según un último reporte de la Defensoría del Pueblo de este miércoles.
Los manifestantes pedían la renuncia de Boluarte, el cierre del Congreso y el adelanto de elecciones. En un intento de mitigar la crisis, el Parlamento aprobó el martes avanzar los comicios generales de 2026 para abril de 2024.
Boluarte deberá entregar el mando a su sucesor en julio de ese año.
“La confrontación y polarización le hicieron mucho daño al país, necesitamos voltear esta página para dedicarnos a trabajar”, dijo la presidenta este miércoles, durante una ceremonia policial.
“Que cese la violencia”
El ministro Otárola, con experiencia política, se desempeñó también como abogado de Boluarte cuando ella era vicepresidenta y enfrentaba una investigación en el Parlamento por una presunta infracción a la constitución, de la que salió librada.
Las manifestaciones tras el arresto de Castillo sacudieron el país, con bloqueos de carreteras e interrupciones de varios aeropuertos. Miles de turistas estuvieron varados y la famosa ciudadela inca Machu Picchu estuvo cerrada. Sin embargo, este atractivo turístico ya recibe nuevamente visitantes.
“Felizmente que se ha restablecido el transporte en los aeropuertos y en las principales vías. Algunas todavía permanecen tomadas y la invocación a la población es que cesen con esta actitud de violencia extrema que felizmente ha menguado”, dijo el miércoles Otárola, en conferencia de prensa.
En el sur del país, bastión electoral de Castillo y donde las manifestaciones que lo respaldan han sido más intensas, la fecha de adelanto de elecciones no los dejó contentos.
“No estoy de acuerdo (con 2024), se debía hacer las elecciones en 2023, en abril”, aseguró Senayda Rivas, una agente turística de 40 años, en Cusco, capital turística del país.
“Yo quiero que el Congreso y todos se vayan y que entre gente nueva” al Parlamento y la Presidencia, agrega.
“No estoy conforme, es demasiado largo el 2024, debería ser más adelantado”, alegó Toribio Bolaños, artista plástico de 66 años. “Sé tiene que cerrar el Congreso, no sé qué esperan. ¿Cuántos muertos más quieren?”, sostuvo.
“Acá estamos viviendo una traición y una dictadura”, dijo Bolaños sobre el ascenso a la Presidencia de Boluarte.
Para Francisco Chinotaipe, un vendedor ambulante de 55 años, las manifestaciones “están reprimiendo más que todo a los indígenas”.