El Papa Francisco “volvió al trabajo” este jueves desde el hospital, pero su salud aún genera incertidumbre sobre el futuro de la Iglesia católica, pues además de que está en vilo su participación en las celebraciones de la Semana Santa, pesan sus problemas de salud, que volvieron a manifestarse el miércoles al concluir la audiencia semanal, cuando tuvo que ser cargado para subir al papamóvil.
Antes de ser llevado al hospital para unos exámenes médicos tras días de dificultad para respirar, el Pontífice participó por la mañana en su audiencia general semanal en la Plaza de San Pedro, donde medios captaron el momento en que un elemento de su seguridad lo carga para levantarlo de la silla de ruedas y subirlo al papamóvil.
¿Qué tiene el Papa Francisco?
Desde mayo de 2022 el Papa se traslada en silla de ruedas debido a los fuertes dolores que sufre en la rodilla derecha desde julio de 2021, cuando pasó 10 días internado en el hospital Gemelli debido a una delicada operación de colon a la que fue sometido, y que, según explicó después, le dejó “secuelas”, descartando someterse a la cirugía de rodilla que aconsejan sus médicos.
Sin embargo, ya eran conocidos sus achaques, entre los que se encuentra una ciática crónica que lo obligaba a cojear, por lo que faltó a varias ceremonias oficiales, mientras que en los últimos meses la salud del Papa Francisco se ha deteriorado con los problemas que padece en una rodilla, una dolencia de la que no hay información oficial y de la que el Pontífice ha dicho que no quiere operarse.
Por casi una década, el mundo lo conocía por sufrir de una ciática crónica que lo obligaba a cojear vistosamente y por la que tuvo que renunciar en varias ocasiones a ceremonias oficiales y posponer viajes, aunque de acuerdo con el médico y periodista argentino Nelson Castro, Francisco cojeaba más por pie plano que por la ciática, según escribió en su libro “La salud de los papas”.
Con problemas de salud, desde la juventud
Además, destaca que a los 21 años Francisco casi muere por una pleuresía, según su biógrafo Austen Ivereigh, por lo que le tuvieron que extirpar unos quistes del pulmón en 1957, sobre lo que el pontífice dijo entender cómo se sienten las personas que padecieron coronavirus.
“Tienen que luchar para respirar a través de respiradores artificiales”, subrayó en alusión a su enfermedad juvenil.
De sus achaques también se sabe que cuando era arzobispo de Buenos Aires solía ir a un acupunturista chino por los dolores de espalda, según contó su biógrafo en el diario The Tablet Catholic.
También sufrió “cálculos biliares” y en 2004 tuvo un problema cardíaco “temporal” debido a un ligero estrechamiento de una arteria, de acuerdo con su biógrafo, mientras que sus problemas hepáticos fueron resueltos en cambio con un cambio de dieta.
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Mate contra la ansiedad
Francisco, quien fue líder de los jesuitas durante la brutal dictadura argentina en la década de 1970, también tuvo que recurrir a apoyo psicológico, con consultas una vez a la semana durante seis meses para lidiar con su ansiedad.
Al final confesó que la enfrenta escuchando música de Bach o bebiendo mate, la bebida nacional de Argentina.
El Papa generalmente se acuesta a las 9 de la noche, lee cerca de una hora antes de dormir unas seis horas. Se levanta alrededor de las 4 de la mañana y siempre toma una siesta de 45 minutos después del almuerzo.
Sobre su operación de colon
En julio de 2021 fue sometido a una cirugía de estenosis diverticular que involucró una hemicolectomía izquierda, con anestesia general.
Se trató de una intervención quirúrgica para extirpar una porción del colon y reducir los problemas causados por los divertículos, que son pequeñas hernias en su pared.
En una entrevista concedida en enero dejó entender que los problemas de colon habían regresado.
El Pontífice argentino suele hablar en forma “libre y transparente” sobre sus problemas de salud, tanto físicos como psicológicos, pero pese a ello, el Vaticano sigue manteniendo el habitual secretismo e informa en forma vaga, lo que genera dudas e interrogantes sobre las reales condiciones del Papa Francisco.