Millones de personas en la parte este del centro financiero chino de Shanghái, en China, fueron confinadas este lunes en sus casas para contener el mayor brote de COVID-19 en el país.
Las autoridades anunciaron la noche del domingo un confinamiento en dos fases en la ciudad de 25 millones de habitantes para realizar pruebas masivas.
El anuncio provocó corridas a los mercados por parte de los residentes, cada vez más exasperados con la incapacidad de las autoridades de contener el brote después de tres semanas de medidas restrictivas.
El Gobierno buscó evitar los cierres duros aplicados en otras ciudades de China, optando por confinamientos focalizados para no afectar la economía de Shanghái.
La ciudad se convirtió en las últimas semanas en el principal foco del COVID-19 en China, y el lunes registró un récord de 3 mil 500 nuevos contagios.
El área confinada es el distrito oriental conocido como Pudong, que incluye el principal aeropuerto internacional y el distrito financiero de la ciudad.
El cierre se extenderá hasta el viernes y luego se aplicará en el sector de Puxi, en el oeste de la ciudad, más poblado.
El Gobierno chino dijo que se han tomado pasos “para contener la propagación de la epidemia, asegurar el bienestar y la salud de la gente” y erradicar las infecciones “lo antes posible”.
Pero en las últimas semanas se adoptaron medidas restrictivas en varios barrios, que dejaron a muchos habitantes frustrados por los repetidos confinamientos en casa.
Este lunes, algunos se quejaban de que sólo les avisaron con unas horas del nuevo confinamiento impuesto en media ciudad.
“Realmente no entendemos las medidas de manejo y control de Shanghái. Ha habido algunas inconsistencias”, dijo un hombre que se identificó con el apellido Cao, mientras hacía fila en el supermercado.
“Después de tanto tiempo (la ciudad) no ha controlado el virus y los números siguen subiendo“, agregó.
El Gobierno no ha precisado cómo impactarán las medidas en el transporte aéreo o en el puerto de la ciudad.
Lucha por comida
China ha logrado mantener el virus bajo control los últimos dos años con estrictas medidas de cero tolerancia, que incluyen confinamientos masivos de ciudades, incluso por pocos contagios.
Pero la variante Ómicron resultó difícil de erradicar y en las últimas semanas se reportaron miles de casos diarios.
Las cifras resultan insignificantes globalmente, pero están en fuerte aumento desde los menos de 100 contagios diarios que se detectaban en febrero.
Decenas de millones de personas en áreas con contagios en toda China han enfrentado confinamientos que parecen haber contribuido a contener la propagación del coronavirus.
Sin embargo, las autoridades de Shanghái han insistido en la importancia de mantener activo el motor económico de la ciudad.
Otras ciudades lograron avances en el control del virus, como el centro tecnológico de Shenzhen, en el sur, confinado semanas atrás por un brote de COVID-19, y que el lunes retomó la actividad comercial normal tras contener los contagios.
“No pensaba que las cosas se pondrían tan serias (en Shanghái)”, declaró Guo Yunlong, un habitante de la ciudad, de 24 años.
“El más mínimo detalle de nuestras vidas, desde la ropa a la comida, el estilo de vida o las idas y venidas al trabajo, se han visto afectados. No soy optimista, para ser honesto”.
Guo Yunlong, ciudadano
En redes sociales, algunos usuarios señalaron que los vecinos más ancianos de Shanghái tendrán problemas porque no saben encargar comida y otros bienes por internet.
Otros usuarios acusaron a las autoridades de la ciudad china de Shanghái de menoscabar las preocupaciones sanitarias para mantener la normalidad en la ciudad, conocida por su nivel de riqueza y su imagen cosmopolita.