Rossana Díaz, ministra de Salud de la provincia de Antofagasta, Chile, informó que se investiga a dos veterinarios de la comuna de Calama acusados de administrar vacunas caninas “contra el coronavirus (COVID-19)” a unas 75 personas, según una entrevista otorgada a un medio de comunicación local.
Funcionarios realizaron una fiscalización a una clínica en Calama, donde veterinarios atendían sin cubrebocas, porque aseguraron ya haber sido vacunados contra el COVID-19 por María Fernanda Muñoz, quien primero se inoculó con la vacuna óctuple, administrada en perros para protegerlos contra el coronavirus canino.
En la entrevista, la funcionaria regional de Chile comentó:
“Esto es muy peligroso. Hay estudios que dicen que los efectos en personas pueden ser locales, como irritación por los medicamentos que trae, o efectos sistémicos”.
El otro caso de vacunas caninas
El caso corresponde al veterinario Carlos Pardo, quien habría hecho un “estudio” en seres humanos de Chile con la vacuna para perros; entregó dosis a un número indeterminado de personas para que se inyectaran, asegurando que servía para combatir el COVID-19 que se presenta en humanos.
Los casos de los veterinarios María Fernanda Muñoz y Carlos Pardo salieron a la luz esta semana en Chile, cuando autoridades acudieron a la Fiscalía a denunciar que los médicos no habían pagado las multas que se les había cursado por aplicar “vacunas COVID-19” de uso veterinario a seres humanos.
- Profesionales de la salud y mineros de Chuquicamata habrían sido vacunados con dosis para perros
- Se estima que entre 75 y 100 personas de Chile fueron víctimas de estos dos veterinarios
El Colegio Médico Veterinario (Colmevet) de Chile expresó en un comunicado:
“(Reiteramos) nuestro profundo rechazo contra el actuar de veterinarios de Antofagasta que habrían inoculado a personas con vacunas óctuples destinadas para uso canino. Interpusimos denuncias, para que las autoridades persigan estos graves hechos que afectan la salud y confianza de la ciudadanía”.
Ese cuerpo pide las siguientes sanciones en contra de los veterinarios que aplicaron vacunas caninas a humanos de Chile:
- Prohibición absoluta de ejercicio profesional
- Clausura de recintos de trabajo donde se hubiera cometido la infracción
- Sanción máxima por la comisión de delitos contra la salud pública