El gobierno británico declaró este viernes el estado de sequía en buena parte de Inglaterra, golpeada por una ola de calor que azota igualmente a buena parte de Europa y del norte de África.
La medida, declarada por primera vez desde 2018, incluye cortes de agua en áreas de Londres, el valle del Támesis y partes del sur, el centro y el este de Inglaterra.
El estado de sequía obliga a las compañías de agua a elaborar planes de contingencia para hacer frente a la escasez en Inglaterra, como prohibir regar plantas, lavar coches y llenar piscinas privadas.
Reino Unido vivió su mes de julio más seco jamás registrado en ciertas regiones y el primer semestre más seco desde 1976. La fuente del Támesis, el río que atraviesa Londres, se ha secado y su curso sólo empieza unos 8 kilómetros más abajo.
El jueves se decretó una alerta naranja por “calor extremo” en la casi totalidad del sur de Inglaterra y en una parte del País de Gales, que debería durar hasta este viernes, pero no se prevé que se supere el récord de calor de 40.3 grados del 20 de julio.
“Estamos mejor preparados que nunca para el clima cálido, pero seguimos vigilando de cerca la situación, incluido el impacto en los agricultores y el medio ambiente, y tomaremos nuevas medidas si es necesario”, dijo el Secretario del Agua, Steve Double.
En los parques de Londres y de gran parte del país, el verde del césped se ha convertido en un amarillo pajizo con un suelo polvoriento.
Calor y sequía multiplican incendios forestales en Europa
En otros países europeos, la canícula ha multiplicado los incendios forestales. Los científicos consideran que la multiplicación de las olas de calor es consecuencia directa del calentamiento del planeta.
Francia lucha contra las llamas en varias regiones, reavivadas por temperaturas sofocantes. Hay cerca de mil 100 bomberos que recibieron el apoyo de 361 efectivos de Alemania, Polonia, Austria y Rumania, así como aviones cisterna de la Unión Europea.
En Gironda, Francia, las llamas quemaron desde el martes 7 mil 400 hectáreas y 10 mil personas han sido evacuadas, algunas por segunda vez en lo que va del verano y la batalla no está ganada.
“El día de hoy puede ser complicado, ya que las temperaturas siguen subiendo”, dijo Ronan Léaustic, subprefecto de Arcachon, un turístico balneario a 50 kilómetros de Burdeos.
En total se han quemado más de 40 mil hectáreas este año en Francia, según las autoridades, aunque las mediciones vía satélite señalan que 50 mil hectáreas se hicieron humo.
En Portugal, unos mil 500 bomberos tratan de atajar un incendio activo desde hace casi una semana, que ha destruido unas 10 mil hectáreas en el parque natural de la Serra da Estrela.
Las llamas, que destruyeron zonas de bosques “únicas”, han causado “daños irreparables”, lamentó el presidente de la asociación ecologista Zero, Francisco Ferreira, al canal público RTP.
Tanto Francia como Portugal se han visto también afectados este verano por una sequía histórica que ha obligado a restringir el uso del agua.