El primer ministro británico Boris Johnson reconoció que estuvo en una fiesta en los jardines de Downing Street durante el confinamiento y pidió disculpas, lo que provocó que la oposición pidiera su renuncia.
En medio de una inmensa expectación, el controvertido líder conservador se defendió en el Parlamento explicando que “los jardines son una extensión de la oficina, que ha estado en constante uso debido al papel del aire fresco para frenar el virus”.
“Y cuando fui a las 6 de la tarde del 20 de mayo de 2020 para encontrar a grupos de empleados antes de regresar a mi oficina 25 minutos después, para seguir trabajando, creía implícitamente que se trataba de un evento laboral”.
Boris Johnson, primer ministro británico.
Sin embargo, y frente al escándalo que esta última revelación en una larga serie de presuntas infracciones ha causado en el país, reconoció que “debería haber mandado a todo el mundo de vuelta al interior”.
Y aunque insistió en que “técnicamente podría decirse que estaba dentro de las normas”, pidió “sinceras disculpas” a los británicos, que en aquel momento tenían “totalmente prohibido reunirse con sus seres queridos”.
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Acusan a Boris Johnson de traicionar confianza de la nación
Unas disculpas totalmente insuficientes para el líder la oposición, el laborista Keir Starmer, que le acusó de “mentir como un bellaco” y le llamó a dimitir como han hecho en el pasado sus colaboradores que infringieron las reglas contra el coronavirus.
Otros, como el nacionalista escocés Ian Blackford, le acusaron de “traicionar la confianza de la nación”.
Sumándose a otros escándalos de corrupción y amiguismo, estas revelaciones provocaron la ira de la opinión pública, y de muchos diputados de su propio partido que contemplan incluso una moción de confianza interna, contra el líder conservador, de 57 años, elegido triunfalmente en 2019, pero que ahora no deja de perder popularidad.