“¡Todos al agua!” El comentario de Joe Biden, presidente de Estados Unidos, en la tradicional foto de la cumbre del G7, que este año se celebra cerca de la playa, marca la pauta de una diplomacia más amable que la de su predecesor Donald Trump.
En ese sentido, mediante su cuenta oficial de Twitter, Joe Biden compartió la instantánea con el G7 donde lanzó una “pedrada” a su antecesor, ya que añadió una frase: “diplomacy is back” (la diplomacia ha vuelto).
En su primer viaje al extranjero, el presidente estadounidense interpreta un papel que conoce a fondo, el de una diplomacia menos imprevisible, menos agresiva, obsesionada con las alfombras rojas que la de su predecesor.
- Después de cuatro años de invectivas, “Joe” transmite tranquilidad y representa “un gran soplo de aire fresco”, en palabras del primer ministro británico, Boris Johnson.
Joe Biden sabe que sus aliados necesitarán algo más que buenas palabras y su promesa de que “Estados Unidos ha vuelto” para borrar la desconfianza hacia la primera potencia mundial y los interrogantes sobre el futuro de la democracia estadounidense.
De momento, en el marco de los encantadores paisajes de Cornualles, al comienzo de una gira de ocho días que le llevará también a Bruselas y Ginebra, Biden sigue prudente.
El “viejo león” de la política estadounidense no se sentía muy cómodo en las conferencias vía Zoom pero ahora está disfrutando con las interacciones personales.
- El presidente estadounidense, más viejo de la historia, al que Donald Trump apodada burlonamente “Sleepy Joe” (Joe el dormilón), ha acallado hasta ahora las críticas sobre su falta de vivacidad y los interrogantes sobre su salud.
Aparece como una persona relajada y la víspera de la cumbre fue fotografiado con zapatillas blancas, sentado en una terraza frente al mar con su esposa Jill.
Su larga carrera política se basa en el contacto, tanto en Washington como en la escena internacional (viajó por el mundo como vicepresidente de Barack Obama).
En el G7, Joe Biden está en terreno favorable porque Angela Merkel, Justin Trudeau o Emmanuel Macron habían sido criticados por su tempestuoso predecesor republicano.
- Ahora cada una de sus palabras, de sus gestos, ofrece un sorprendente contraste con el primer viaje de Donald Trump a Europa, en mayo de 2017, en la cumbre de la OTAN en Bruselas y luego en el G7 en Sicilia.
La imagen del entonces presidente de la primera potencia mundial empujando al primer ministro del pequeño Montenegro para ponerse en primera fila dejó marcas indelebles.
- Por el momento, Joe Biden puede presumir de haber restaurado, al menos temporalmente, la imagen de su país en el extranjero.