Al menos 51 ballenas piloto murieron tras quedar varadas en una playa al oeste de Australia, pese a los esfuerzos de voluntarios y especialistas. Las autoridades esperan que otros 45 cetáceos sobrevivan.
La manada, de casi 100 ballenas piloto, conocidas también como “calderones”, se detectó el martes en la playa Cheynes, a unos 400 km al sureste de Perth. De acuerdo con el responsable de las operaciones de rescate, Peter Hartley, estaban vigiladas de cerca a la espera de que recobraran suficientes fuerzas para liberarlas, muriendo durante la noche.
Mientras que se prevé que las sobrevivientes sean conducidas hacia aguas profundas por voluntarios en kayaks. Harteley destacó: “somos optimistas, tenemos que ser optimistas en este juego”, respecto a la recuperación de casi la mitad de la manada. Admitió que la situación es “altamente estresante para todos, voluntarios y empleados”.
Advertencia: el siguiente material contiene violencia e imágenes sensibles. Se recomienda discreción.
Asimismo, un vocero del servicio de Parques y Medio Ambiente indicó que este departamento se vio “desbordado por centenares de ofrecimientos de ayuda”. Pidió a la gente mantenerse alejada de la playa australiana por “razones de seguridad”, pues aseguró contar con suficientes voluntarios.
“En la zona de respuesta hay varios riesgos, incluyendo ballenas grandes, angustiadas y potencialmente enfermas; tiburones, olas, maquinaria pesada y barcos”, explicó.
Advertencia: el siguiente material contiene violencia e imágenes sensibles. Se recomienda discreción.
Sobre las ballenas varadas
Sin embargo, aunque todavía se desconocen las causas, este fenómeno es común en esta región entre los océanos Índico y Pacífico, sobre todo en Australia y Nueva Zelanda. En octubre unas 500 ballenas piloto murieron tras quedar varadas en las Islas Chatham, un archipiélago remoto al este de Nueva Zelanda.
Aunque hasta el momento los científicos no han conseguido explicar por qué se quedan varadas las ballenas. Algunos investigadores apuntan que podría deberse a que las manadas acuden a alimentarse demasiado cerca de la orilla.