La Familia Real Británica enterrará el cuerpo del príncipe Felipe y así será el Land Rover Defender color verde militar que lo transportará.
Este automóvil fue diseñado exclusivamente con las instrucciones que el príncipe Felipe emitió para su construcción.
El coche tiene una sección trasera abierta tipo pickup en donde se colocará el ataúd, también tendrá pasadores metálicos que impedirán que se mueva durante el camino.
Los restos del príncipe Felipe serán enterrados en el castillo de Windsor, ubicado a 50 kilómetros al oeste de Londres, siguiendo su propia voluntad.
Príncipe Felipe un gran aficionado de los automóviles
El duque de Edimburgo era un apasionado de los automóviles, no dejó de conducir hasta los 97 años, en 2019, tras un choque en el que su vehículo quedó volcado y que dejó dos personas heridas.
Cuando estaba en la marina británica en 1940, basado en la capital de Sri Lanka, Colombo, se dejó tentar por un Standard Nine.
“Cuando se encontró frente al automóvil, dijo ‘Espero que funcionen los frenos, no funcionaban en la época'”, relata el hostelero que se lo vendió.
Luego el duque se había convertido en padrino del Standard Motor Car club, dedicado a la conservación de coches construidos entre 1903 y 1963.
El hotel Galle Face, ubicado frente al mar y uno de los más antiguos de la excolonia británica, ha construido un museo en torno de este vehículo de color plata y negro.
Como no pudo hacer bajar el precio de compra, el príncipe consiguió pagar en dos veces a lo largo de un mes. Había firmado en Colombo los papeles de propiedad del Standard Nine como “Felipe, príncipe de Grecia”.
El automóvil tiene 93.040 kilómetros y puede ir hasta a 128 km/hora. Ha sido restaurado varias veces, y aún puede circular, pero el precio prohibitivo de la gasolina impide sacarlo.
Antes de la pandemia del COVID-19, que ha acabado con el turismo, era una de las atracciones para los turistas y los clientes del hotel.
El coche fue comprado por el padre del hostelero, Cyril Gardiner, a inicios de los años 1950, el príncipe volvió a ver su antiguo coche en cada uno de sus tres visitas a la isla, entre 1954 y 1981.
Según los archivos del museo, el príncipe condujo por primera vez su vehículo desde Colombo a una base naval en Trincomalee, a 260 km de ahí. Luego pidió una revisión completa del motor que, aparentemente, consumía más aceite que gasolina.
Cyril Gardiner le había regalado en 1956 una copia del traspaso de propiedad del Standard Nine, cuidadosamente enmarcado en un marco de plata.
Según los archivos del museo, el automóvil utilizado por la reina Isabel y el príncipe Felipe durante su primera visita oficial en 1954 fue un Cadillac prestado por Cyril Gardiner.