Arabia Saudita anunció este sábado que permitirá a un millón de musulmanes del mundo entero participar en la peregrinación de este año a La Meca, lo que abre las puertas a fieles extranjeros por primera vez desde el inicio de la pandemia de COVID-19.
El ministerio encargado de esta cuestión “ha autorizado un millón de peregrinos, tanto extranjeros como locales, a realizar este año el hach“, como se denomina en árabe a la peregrinación a La Meca, dijo en un comunicado.
El hach, que en 2022 se celebrará en julio, es uno de los cinco pilares del islam y debe realizarse al menos una vez en la vida por todos los musulmanes con capacidad de hacerlo.
- Se trata de una de las mayores concentraciones religiones de mundo, con 2,5 millones de participantes en 2019
La pandemia del coronavirus llevó a las autoridades sauditas a reducir la participación en 2020 a sólo mil personas. En 2021, aumentaron el aforo hasta 60 mil personas residentes en el país y completamente vacunadas que fueron elegidas por sorteo.
Estas restricciones crearon malestar en los musulmanes de otros países que se vieron vetados.
Piden peregrinos vacunados para La Meca
El comunicado del sábado indica que este año los participantes deberán ser peregrinos vacunados y menores de 65 años. Los que lleguen del extranjero deberán presentar una prueba PCR negativa al COVID 72 horas antes de viajar.
El gobierno quiere garantizar la seguridad de los peregrinos “al mismo tiempo que asegura que el máximo número de musulmanes de todo el mundo pueden llevar a cabo la peregrinación”, añadió el comunicado.
“Estuvimos muy tristes estos dos últimos años de ver tan pocos peregrinos en La Meca. Estoy feliz de ver que la normalidad regresa”
Dijo Mohamed Tamer, egipcio de 36 años que espera participar en la peregrinación aunque teme un alza de los precios importante
El hach consiste en una serie de ritos religiosos que tienen lugar durante cinco días en la ciudad santa del islam y sus alrededores en el oeste de Arabia Saudita.
Acoger la peregrinación es una cuestión de prestigio para el poder saudita, que atribuye a su papel de guardián de los lugares santos del islam gran parte de su legitimidad política.
También es una fuente de ingresos esencial para el reino. Sin pandemia, las dos peregrinaciones a La Meca, el hach y la umra, aportan unos 12 mil millones de dólares anuales a Arabia Saudita, que intenta diversificar su economía, muy dependiente del petróleo.