Mariúpol, una de las ciudades clave de Ucrania, ha caído en manos de Rusia y su ejército y, ante tal escenario, se hace necesario que el presidente Volodimir Zelenski replanté el papel de su país en el conflicto armado.
Para la abogada e internacionalista Iliana Rodríguez Santibáñez, el presidente ucraniano tiene que hacer un balance sobre si se mantiene firme como combatiente en contra de las fuerzas rusas, a costa de toda la población civil que ha muerto y que lo sigue haciendo de una “manera tremenda”.
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“La caída de Mariúpoul sería el principio del fin si el presidente de Ucrania, Volodimir Zelenski se rindiera, pero no se han depuesto las armas”.
Iliana Rodríguez Santibáñez.
Para la experta, hasta el momento, no hay visos de que Zelenski se vaya a rendir, pues Estados Unidos y la Unión Europea siguen dando préstamos millonarios para armamento que pueda proteger a la población.
“Sin embargo, (las armas) son equipos sofisticados que no se operan de la noche a la mañana por ningún militar… Tampoco la fuerza militar ucraniana supera en número a la rusa”.
Iliana Rodríguez Santibáñez.
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Toma de Mariúpol, un fuerte golpe para Ucrania
La toma de Mariúpol es un triunfo para Rusia, pues es un objetivo militar muy importante para ese país debido a su ubicación: es la zona portuaria de la región de la cuenca de Donbass, donde se encuentran Donetsk y Luhansk, las dos autoproclamadas repúblicas populares que Rusia quiere “liberar”.
“Con esta victoria, Rusia también logra tener toda la instalación portuaria que les permite la salida al mar de Azov. Es un gran triunfo para Rusia y un duro golpe a la estrategia militar de Ucrania”.
Iliana Rodríguez Santibáñez
La experta enfatiza que Zelenski tiene que tomar “decisiones importantes”, aunque no está dispuesto a ceder una victoria, pues “ha estado de gira virtual solicitando préstamos y que se fortalezcan las sanciones en contra de Rusia”.
A todo lo anterior se suma el lanzamiento de un misil antibalístico de Rusia, capaz de cargar un número importante de ojivas nucleares con un potencial de destrucción del tamaño del estado de Texas, lo cual, enfatiza Rodríguez Santibáñez, “es una táctica disuasiva y persuasiva para Ucrania y para el mundo“.