A cinco semanas de que se celebren las elecciones en Estados Unidos, el presidente Donald Trump, quien busca su segundo periodo al frente de la Casa Blanca, nombró a la jueza conservadora Amy Coney Barrett en la Corte Suprema lo que podría jugar en favor del republicano.
La designación de la jueza conservadora Amy Coney Barrett en la más alta instancia judicial de Estados Unidos instancia que toma decisiones cruciales para la sociedad estadounidense, podría atraer al electorado religioso conservador, que impulsó el triunfo del mandatario hace cuatro años.
Su designación también adquiere relevancia al ser la Corte Suprema, la máxima instancia en asuntos de importancia política y social, lo que podría llevarla a ser quien determine después del 3 de noviembre quién será el próximo presidente, luego de que Trump ha denunciado supuestas irregularidades en el voto por correo, que tendrá más importancia debido a la pandemia, y asegurar que no reconocerá los resultados de la elección si no le son favorecedores.
En el perfil de la ministra que ocupará el lugar a la muerte Ruth Bader Ginsburg, ícono del feminismo, ocurrida el 18 de septiembre pasado, destaca su oposición personal contra el aborto, al asegurar que “la vida comienza con la concepción”, postura que ha encontrado eco en las voces de grupos conservadores que buscan dar marcha atrás a la legalización del aborto, existente en Estados Unidos desde 1973.
Asimismo, la ministra de 48 años, madre de siete hijos y esposa de un exasistente de fiscal en Indiana, ha sido promotora además del derecho a tener y portar armas, además de apoyar y votar a favor de las políticas de dureza de Trump en torno a la migración, lo que ha provocado que personalidades conservadoras aseguren que podría ser la versión en mujer del juez Antonin Scalia, muerto en 2016 y con quien ella trabajó al graduarse de la Escuela de Leyes de la Universidad de Notre Dame, en Indiana.
Pese a la indignación de los demócratas al considerar que una decisión tan difícil debería ser tomada por el próximo presidente estadounidense, Barrett es la tercera persona designada por Trump para ocupar un lugar en la Suprema Corte, tras Neil Gorsuch en 2017 y Brett Kavanaugh en 2018.