Alemania cerró este domingo gran parte de sus fronteras con la República Checa y la zona de Tirol, de Austria, para intentar contener la propagación de las variantes por el coronavirus COVID-19, lo que provocó discrepancias con la Unión Europea (UE).
- Berlín considera zonas de alto riesgo la República Checa, Eslovaquia y la región austriaca del Tirol.
“Las personas que no formen parte de las pocas excepciones autorizadas no podrán entrar” en territorio alemán, advirtió el ministro del Interior, Horst Seehofer.
¿Quiénes sí pudieron cruzar las fronteras de Alemania, ante el COVID-19?
En medio de temperaturas glaciales, en el puesto fronterizo de Kiefersfelden, al límite de Austria, la policía filtraba este domingo escrupulosamente la circulación. Los únicos que están autorizados a pasar hacia Alemania son los ciudadanos alemanes, los residentes en el país y los trabajadores fronterizos esenciales, así como el transporte de mercancías, siempre y cuando presenten un test PCR negativo al coronavirus COVID-19.
Para garantizar los controles, se han movilizado a más de mil policías. La compañía ferroviaria Deutsche Bahn suspendió las conexiones con estas zonas y, este domingo por la mañana, la policía efectuó controles en las llegadas del aeropuerto de Fráncfort.
- El gobierno de Alemania impuso estas restricciones, ante el temor de una nueva ola de contagios a raíz de las variantes británica y sudafricana del COVID-19.
Próximamente, las autoridades alemanas podrían también instaurar controles con la vecina región francesa de la Mosela, donde también se ha detectado una fuerte circulación de las variantes del virus.
- En la República Checa, varios automovilistas se apresuraron a cruzar la frontera el sábado, antes de la entrada en vigor de las medidas.
“Tenemos curiosidad por saber qué pasará luego, ya que hacerse un test cada semana, y además pagarlo, sería un desastre.”
Milan Vaculka, un camionero que necesitaba cruzar la frontera para llegar hasta Francia.