Alain Verschueren es un artista y trabajador social con residencia en Bruselas, Bélgica, que creó lo que llamó “oasis portátil”: se trata de un invernadero como casco, para estar bien oxigenado ante el coronavirus (COVID-19). Es la sensación entre los ciudadanos que lo ven caminar por las calles de esta ciudad.
Cuando los países de Europa dijeron a residentes que crearan una “burbuja” para limitar sus contactos sociales durante la pandemia, probablemente no era lo que tenían en mente. El “oasis portátil” de Alain Verschueren está hecho de plexiglás, se coloca sobre los hombros y purifica el aire con plantas aromáticas al interior.
La inspiración
- Alain Verschueren desarrolló la idea del “oasis portátil” hace 15 años
- Se inspiró en los oasis de Túnez, donde este hombre de Bélgica trabajó
Bruselas es la capital nacional de Bélgica y la capital administrativa de la Unión Europea (UE): aquí es obligatorio el cubrebocas, y el “oasis portátil” de Alain Verschueren cobró relevancia. El artista padece de asma, y dijo que respirar en este casco le resulta más cómodo que llevar una mascarilla. Añadió en entrevista:
“Traté de crear una burbuja en la que pudiera aislarme de un mundo que me parecía demasiado aburrido, ruidoso y maloliente. Con el tiempo, me di cuenta de que la gente se acercaba a mí y me hablaba. Este aislamiento se convirtió en una forma de conectar”.
La sensación del bloque
Los ciudadanos de Bélgica se muestran divertidos y confusos al encuentro con Alain Verschueren, que caminaba con su “oasis portátil” frente a unas tiendas, en su mayoría cerradas por la pandemia. Este artista está envuelto en una pequeña mata de plantas de tomillo, romero y lavanda, para amenizar el aire.
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Charlie Elkiess, un joyero jubilado que se encontró a Alain Verschueren con su “oasis portátil” en calles de Bélgica, comentó en entrevista:
“¿Es un invernadero? ¿Es para las abejas? ¿Es para las plantas? No lo sabemos, pero es una buena idea”.