Tras recibir garantías por parte de las autoridades talibanes de que las mujeres puedan seguir trabajando el sector salud, al menos tres ONG internacionales reanudaron parcialmente sus actividades este martes con personal femenino en Afganistán.
Y es que las organizaciones no gubernamentales (ONGs) prestan una ayuda esencial en el país, donde más de la mitad de los 38 millones de habitantes se enfrentan a una inseguridad alimentaria aguda, a la par de 3 millones de niños en riesgo de sufrir malnutrición.
¿Por qué se detuvieron las ONG en Afganistán?
Mientras que la reanudación parcial a las actividades se da tras el anuncio del 24 de diciembre con el que el Ministerio de Economía afgano prohibió el trabajo a las mujeres, como medida ante las “serias quejas” recibidas por incumplimientos al uso del hijab, mandatado para cubrir completamente el cuerpo y rostro.
Tras la orden, varias ONG, entre ellas el Comité Internacional de Rescate (IRC), Save the Children y Care, anunciaron inmediatamente la suspensión de sus actividades en el país como protesta.
Sin embargo, en los últimos días estas ONG reanudaron la prestación de asistencia en algunas provincias con el apoyo de su personal femenino en el sector de la salud y la nutrición.
“Hemos recibido de las autoridades competentes garantías claras y fiables que nuestro personal femenino estará a salvo y podrá trabajar sin obstáculos”, indicó Save the Children en un comunicado.
“Sin embargo, dado que la prohibición general sigue en vigor, nuestras otras actividades -para las que no tenemos garantías fiables que nuestras colegas femeninas puedan trabajar- siguen pendientes”, añadió la ONG.
“Hemos reanudado las actividades en el sector de la salud con personal femenino” en cuatro provincias, subrayó también Samira Sayed Rahman, responsable del Comité Internacional de Rescate.
Por su lado Care anunció en un comunicado que reanudará “sus actividades de salud y nutrición en Afganistán con personal masculino y femenino”.
Las conversaciones continúan en otras provincias.
A la espera de cambios
De acuerdo con el Ministerio de Economía afgano, alrededor de mil 260 ONG realizan alguna actividad en el país, empleando a varios miles de mujeres en puestos esenciales, programas de ayuda alimentaria, ámbitos de la salud o incluso de la educación.
“Desde el comienzo del invierno, nuestra situación empeoró. No hemos comido nada desde hace cuatro días”, explicó Parveen, madre de 8 hijos, el martes haciendo fila para recibir harina, aceite y azúcar distribuidos por hombres de una ONG local en Kabul.
La mujer, de 38 años, dijo que preferiría recibir ayuda de las mujeres. “No puedo decirle a un hombre que me ayude porque tengo un hijo pequeño o porque estoy enferma”.
Mientras tanto, la comunidad internacional no deja de pedir al gobierno afgano que revoque la prohibición impuesta a las mujeres, advirtiendo que tendría un gran impacto en el volumen de ayuda que se presta al país.
Ante ello, el vocero del Ministerio de Economía, Abdul Rahman Habib, .
“Las necesitamos para apoyar a los niños desnutridos y a otras mujeres que necesitan servicios de salud”, destacó, añadiendo que todas “trabajan según nuestros valores religiosos y culturales”.
Dos trabajadores humanitarios informaron que continuaban las conversaciones con las autoridades para convencerlas de que permitieran a las mujeres trabajar en otras esferas, como la educación, el acceso al agua, el saneamiento público o la distribución de alimentos.
“Confiamos en que pronto habrá nuevas directivas”, dijo un funcionario de una ONG extranjera que no quiso dar su nombre.
Las autoridades podrían decidir “abrir de manera selectiva” otros sectores a las mujeres, explicó uno de sus homólogos de otra ONG, que también pidió el anonimato.
Tampoco los deportes o la educación
A la par de la prohibición a trabajar, el gobierno talibán, que regresó al poder en agosto de 2021, ha revocado a las mujeres el derecho a practicar algún deporte, asistir a este tipo de espectáculos e incluso a estudiar en universidades, bachilleratos y secundarias.
Y es que bajo el argumento de que no les es necesario, y que al realizar alguna actividad física porque su rostro y cuerpo podría quedar expuesto, pese al burka, que las cubre casi totalmente, desde 2021 han sido exiliadas del deporte, luego también de que, ante las mismas medidas, y la obligación a estar siempre acompañadas por un familiar, el Comité Olímpico Internacional (COI) las sacó de varias competencias.
Mientras que a finales de 2022 se les prohibió el acceso a la educación media y superior, luego de que diversas universidades comenzaron a rechazar aspirantes mujeres, con lo que incluso se estima que decenas e universidades tendrán que cerrar ante la falta de estudiantes.