La joyería son accesorios que las personas usan con bastante normalidad, pero ¿qué historia podemos conocer de ellas? Hoy te hablaremos sobre San Eloy, patrono de los joyeros, su origen y por qué se le relaciona con estas piedras preciosas.
¿Quién es San Eloy, patrono de los joyeros?
De acuerdo con la Escuela Técnica de Joyería del Atlántico San Eloy, patrono de los joyeros, nació en Limousin, Francia durante el año 588. Al parecer esta persona comenzó de aprendiz como acuñador de moneda impulsado por su padre, que vio en él grandes dotes para trabajar los metales preciosos. Siendo ya orfebre se estableció en la ciudad de París.
Se le consideró como un hombre de espíritu recto, piadoso y cristiano; de hecho fue nombrado obispo e hizo vida religiosa hasta su muerte, lo cual ocurrió el 1 de diciembre de año 660 y fue canonizado por la Iglesia católica. Desde entonces, es venerado como el patrón de los herreros, orfebres, joyeros, plateros y de aquellos que trabajan con metales.
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¿Cómo inició la fama de San Eloy?
Él demostró estar muy cualificado en su oficio y se le atribuyen la creación de numerosas e importantes piezas históricas, uno de los más destacados es el trono del rey franco Clotario II. De hecho, se cuenta que el rey quedó tan fascinado por el trabajo de San Eloy que lo nombró director del taller de su palacio real y de la Casa de Moneda de París, en la que acuñó moneda a nombre de los soberanos, Clotario II, Dagoberto I y Clodoveo II, durante más de 20 años.
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¿Qué milagros se le atribuyen a San Ley?
Si bien San Eloy es conocido como el patrono de los joyeros, hay algunas leyendas que también se le atribuyen. Aquí algunas de ellas:
- Mujer enferma: se dice que un día curó a una mujer que estaba enferma; y la curación llegaría a ella cuando San Eloy le entregó un anillo y le dijo que siempre debía ponérselo. Así, la persona agradeció el gesto y cuando se curó regresó el anillo a San Eloy
- Herrero curado: en una ocasión, un herrero por desgracia perdió la movilidad de una mano y fue a ver a San Eloy, quien le dedicó una oración, le tocó su mano, y se hizo el milagro, pues el hombre recuperó la movilidad
- Experiencia con un ladrón: un ladrón se metió a robar a una iglesia, pero se trataba exactamente la de San Eloy, quien al percatarse del malhechor decidió hablar con él, le ofreció trabajo y hasta le enseñó el arte de la orfebrería, así el maleante pasó el resto de sus días elaborando creaciones artísticas para la iglesia