¿Qué es el mal de ojo? UNAM explica su origen y cómo curarte de él
El “mal de ojo” es una creencia arraigada en diversas culturas alrededor del mundo que sostiene que una mirada puede transmitir energía perjudicial, causando daño a personas, animales, plantas u objetos.
- A pesar de su origen incierto, este dogma persiste en la actualidad, manifestándose de diversas formas y con distintos métodos de curación.
¿Cómo surgió el concepto del mal de ojo?
De acuerdo con la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), se asocia con la idea de que la mirada posee un poder extraordinario y, a través de ella, se puede transmitir energía perjudicial. Esta creencia se remonta a tiempos antiguos, donde los ojos eran considerados el espejo del alma y símbolo de peligro, maldad y envidia.
El mito de Medusa, una de las Gorgonas de la mitología griega, ilustra el temor ancestral a la mirada poderosa. Con su capacidad de convertir en piedra a quien la mirara, esta criatura se ha convertido en un arquetipo del poder dañino de la mirada.
El “mal de ojo” está presente en diversas culturas alrededor del mundo, desde el Mediterráneo y el Cercano Oriente hasta Europa, Asia, África y América Latina. En México, tiene una fuerte presencia en las comunidades indígenas, donde se cree que puede remontarse a la época prehispánica.
“En Yucatán, por ejemplo, se describe como una enfermedad causada por una mirada que afecta sobre todo a los niños, quienes manifiestan síntomas como llanto persistente, inquietud y asimetría en los ojos”
Idanely Mora Peralta, experta del Centro de Lingüística Hispánica del Instituto de Investigaciones Filológicas de la UNAM
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La experta declara que, en Chiapas, la comunidad tzotzil distingue entre el mal de ojo y la envidia, atribuyendo el primero a personas mayores con una mirada penetrante y un calor corporal elevado.
Métodos de curación
Las “curas” varían según la cultura. Algunas emplean amuletos, símbolos geométricos, objetos brillantes, la media luna, el hierro al rojo vivo, la sal, la piedra de alumbre y el agua.
También se utilizan remedios caseros como el aceite de alabastro, romero, ruda, alcanfor y vinagre; metales preciosos como el oro y la plata; minerales como el ámbar o el azabache, y ciertos rituales que incluyen un huevo, un poco de alcohol y un vaso con agua pura.
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“En Puerto Rico, se vierte una gota de aceite en un vaso con agua tibia para detectar la presencia del Aojo, mientras que en Yucatán se acostumbra a dar de beber al niño agua del vaso de la persona que se cree causante del mal. En Ciudad de México, es común encontrar en los mercados el Ojo de Venado, un amuleto protector para los niños”
Idanely Mora Peralta, especialista en creencias populares y supersticiones
