El verde arsénico fue un hermoso pigmento que se obtenía de la combinación de acetato de cobre y trióxido de arsénico. Este compuesto es altamente tóxico y puede causar graves problemas de salud, incluso la muerte.
Detrás de su llamativo tono existe una verdadera historia de terror que terminó con la vida de miles de personas que querían estar en tendencia.
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El verde arsénico mató a miles de personas en dos siglos
Fue utilizado por primera vez en el siglo XVIII como pigmento para pinturas y papeles pintados. Su color verde brillante lo hizo muy popular en la época victoriana, pero su toxicidad pronto se hizo evidente.
En 1856, el médico inglés Robert Christison publicó un informe sobre sus efectos tóxicos. El informe reveló que el pigmento podía causar una variedad de síntomas, incluyendo:
- Náuseas
- Vómitos
- Diarrea
- Convulsiones
- Coma
- En casos graves, la muerte
A pesar de los riesgos, continuó usándose hasta principios del siglo XX. En 1903, el Gobierno de Estados Unidos prohibió la venta de pinturas y papeles pintados que contuvieran arsénico.
El color que casi nos deja sin el “Cuento de Navidad”
Por si no lo sabías, Charles Dickens casi muere por la exposición al verde arsénico, pues su estudio estaba decorado con papel pintado con verde arsénico, que era muy popular en la época victoriana.
En 1855, Dickens comenzó a experimentar síntomas de intoxicación y su salud se deterioró rápidamente; en algún momento dado estuvo al borde de la muerte.
Finalmente diagnosticado con intoxicación por arsénico y se le ordenó que abandonara su estudio, por lo que se recuperó de su enfermedad, pero los efectos de la exposición al arsénico persistieron.
- Se quejó de dolor de cabeza y fatiga durante el resto de su vida.
Hoy en día, el verde arsénico ya no se utiliza como pigmento, sin embargo, todavía se puede encontrar en algunos objetos antiguos como
- Pinturas
- Papeles pintados
- Libros