La moda funciona de maneras misteriosas, o al menos las marcas que la representan, como es el caso de Hermès, quien ha exhibido excremento de caballo en su boutique de París.
Como parte de un escaparate fue que parisinos y turistas fueron testigos de este tipo de performance de la marca que acostumbra a propios y extraños a sus métodos.
Hermès no busca seguir tendencias o calendarios de moda, por lo que se permite constantemente estas licencias para romper las reglas de la industria, por lo que estas dosis de creatividad son comunes en la marca francesa.
Como lo reporta Elle, todo ocurrió en la calle Faubourg Saint-Honoré de París donde se encuentra una de las tiendas más grandes de Hermès, la cual es una boutique de mil 700 metros cuadrados.
Al estar en una calle tan emblemática y en una de las capitales de la moda, es común que en su vitrina se exhiba lo más nuevo de la marca, como es el caso de esta nueva escenografía, la cual alude al campo con diversa utilería que va desde paja, tierra, sillas de montar y excremento de caballo.
Así como lo puedes leer, Hermès se atrevió a exhibir excremento de caballo en una vitrina y tener más aplausos que críticas, esto a través de una colección inspirada en la equitación, en donde destaca esta escenificación de un establo con todos los elementos que te ayudan a “teletransportarte” a ese lugar, la popo auténtica destaca por su frescura y acerca más lo real a la marca.
La identidad visual de Hermès
La marca fue fundada en 1837 y se especializaba en accesorios de cuero y en un inicio por sillas de montar, pero fue hasta 1900 que empezó a incursionar en la industria de la moda, misma en la que destacó hasta su consolidación en los últimos años.
Una pieza clave fue la decoradora de Hermès, Leïla Menchari, quien por más de cincuenta años decoró escaparates y vidrieras desde 1978 y hasta el 2013, además estuvo al frente de algunos diseños de guantes, bolsos y ropa, el más destacado un abrigo usado por María Félix, quien también era amante de las joyas de Cartier.
La creativa se desempeñó como directora de visual merchandising de la tienda principal de la marca en París, por lo que este espacio comenzó a tener relevancia al convertirse en una pequeña escenografía que cambiaba cuatro veces al año.
Leïla Menchari logró que visitar la tienda de Hermès para ver y posar con el escaparate fuera algo buscado por turistas y amantes de la moda, ya que la marca logró tener ese dote de exotismo que muchas otras envidiarían.
Sus exhibiciones destacan por lo extravagante, por lo que las más complejas de crear eran las aparentemente simples. Uno de sus pedidos lo hizo para el tema “Año de las estrellas y la mitología” para el que pidió un “meteorito que girara flotando”.
Sin dudarlo Leïla marcó una pauta y dejó a la marca con una amplia ventaja en el visual merchandising, el cual tras su retiro, Hermès ha buscado mantener su toque exótico y distinto.