Aunque tradicionalmente en México de celebra el Día de Muertos, desde hace algunos años ha agarrado auge la “víspera de todos los santos”, el 31 de octubre, sin desplazar las tradiciones del 1 y 2 de noviembre. Sin embargo, con éste llegó el famoso “dulce o truco”, así que por si no sabes en Unotv.com te decimos por qué se dan dulces en Halloween.
Antes de pasar al por qué se dan, o se piden dulces y comida en Halloween, hay que recordar cómo fue que nació esta celebración adoptada en los países de lengua inglesa o descendencia anglosajona, y que en nuestro país derivó en el “¿me das mi calaverita?”.
¿Qué es realmente el Halloween?
Y es que hace unos 2 mil años los celtas, que vivieron en la parte central y occidental de Europa, celebraban el Samhain el 1 de noviembre, en cuya madrugada creían que demonios y espíritus de sus muertos caminaban por la Tierra, cuando la línea entre el mundo de los vivos y de los muertos era mínima.
Sin embargo, como entre los difuntos del año anterior podría haber enojo por haber muerto, acostumbraban encender una hoguera para guiarlos y dejarles comida para mantenerlos contentos, disfrazándose además para que los espíritus creyeran que eran otros espíritus y no los reconocieran y les hicieran algo.
Mientras que en el siglo VII, con el sincretismo entre las tradiciones cristianas y las paganas, el 1 de noviembre cambió al Día de Todos los Santos, que la religión católica celebra y en México adoptó lo que ahora conocemos como el Día de Muertos.
[TE PUEDE INTERESAR: ¿Cuál es la diferencia entre Halloween y Día de Muertos?]
Sin embargo, en estos países se siguió celebrando a la par esta fiesta en que dejaban ofrendas a los espíritus para que no les hicieran nada (travesuras), conociéndose como la Víspera de Todos los Santos, que en inglés se llama All Hallow’s Eve, que posteriormente pasó a ser Halloween.
¿Por qué se dan dulces en Halloween?
Asimismo, con la migración entre Irlanda y Reino Unido a Estados Unidos fue que esta tradición “saltó el charco” y llegó al continente americano, permeando en la cultura popular hasta integrarse a la forma en que ahora conocemos.
Ello, pues mientras los trabajadores agrícolas pasaron a celebrar el tiempo de la cosecha de otoño, los niños aprovecharon la festividad para disfrazarse de esos espíritus a los que les temían los adultos, adoptando además una costumbre del Día de Todos los Santos, cuando los pobres salían a pedir limosna.
Sin embargo, mientras en Inglaterra los pequeños recibían unos pequeños pasteles llamados “pastel de alma” o “almas”, con una marca de cruz encima, de masa similar a la galleta y rellenos de pimienta de Jamaica, nuez moscada, canela jengibre, pasas o grosellas, mientras que, en Estados Unidos, al adoptarla, se hacían juegos para ganarse dulces.
Mientras que habría sido hasta después de la Segunda Guerra Mundial cuando, ante el desarrollo de los suburbios y la cercanía entre las viviendas que los niños pudieron expandir su “zona de acción” y desplazarse de casa en casa para pedir sus dulces. A la par, en esta época, según National Geographic, la publicidad de diversas marcas habría incentivado la tradición del “dulce o truco”, que en México se da comúnmente como el “¿me das mi calaverita?”.