El queso azul se caracteriza por sus manchas de color azul verdoso en su interior, las cuales son el resultado del crecimiento de un hongo llamado Penicillium, que se añade a la leche durante el proceso de elaboración.
El Penicillium le da su textura cremosa, además le aporta propiedades beneficiosas para la salud como:
- Tiene alto contenido en proteínas, lo que lo convierte en un alimento ideal para deportistas y personas que buscan aumentar su masa muscular
- Es rico en calcio, un mineral esencial para la salud de los huesos y los dientes
- Contiene probióticos, que son bacterias beneficiosas para la salud intestinal
- Tiene vitamina B12, que es esencial para el sistema nervioso y la producción de glóbulos rojos
¿De dónde es el queso azul?
Su origen no se conoce con exactitud, pero se cree que se remonta a la antigua Grecia o Roma; hay varias leyendas sobre su descubrimiento, pero la más popular es la que cuenta que un pastor olvidó un pedazo de queso en una cueva y, al regresar, unos días después, lo encontró con vetas azules y un sabor diferente.
Los primeros se elaboraban de forma natural, en cuevas que contenían esporas del hongo Penicillium, las cuales se adherían. En la actualidad se elabora en todo el mundo, pero algunos de los países más famosos por su producción son:
- Francia
- Italia
- España
- Reino Unido
- Estados Unidos: Roquefort, Blue Moon
¿A qué sabe el queso azul?
Se puede elaborar con leche de vaca, oveja, cabra o búfala, por lo que una de sus principales características es la textura cremosa. Además, tiene un peculiar sabor “picante”, salado y amargo.
- Al degustarlo podrás percibir notas terrosas, metálicas y de nuez, según el tipo de producto que consumas.
¿Cómo se come el queso azul?
Sírvelo a temperatura ambiente para que su sabor y textura sean óptimos; puedes acompañarlo con frutas dulces como uvas, peras o higos. Añádelos a ensaladas o úsalo en salsas para pastas o carnes.
- También se puede disfrutar solo, como un aperitivo o un postre.