Recientemente, te mostramos el increíble maquillaje inspirado en películas de Disney, así como las características de sus productos; hoy queremos hablarte de un accesorio de uso común, las brochas de maquillaje, que vienen siendo de gran utilidad para desplegar los elementos de belleza sobre ciertas áreas del rostro, pero ¿qué hay de su limpieza?, o ¿qué pasa si no las lavamos? Para esto, en UnoTV.com nos acompaña Maggie Hegyi para platicarte de este interesante tema.
¿Qué pasa si no se lavan las brochas de maquillaje?
Si eres de las personas que se maquillan todos los días, quizá un error que sueles cometer es no asear este accesorio. Te contamos que si guardas por mucho tiempo tus brochas de maquillaje sin lavarlas, lo que podría suceder es que tu cara se vuelva un cultivo de bacterias.
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¿Cada cuándo se deben lavar las brochas de maquillaje?
Ten en cuenta que la moda no está peleada con la limpieza, por lo que las brochas de maquillaje deben lavarse al menos cada 7 o 10 días, esto para evitar que se conviertan en incubadoras de bacterias, e incluso de moho (si permanecen humedecidas mucho tiempo).
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¿Cómo lavar las brochas de maquillaje?
Las brochas de maquillaje se recomiendan que sean lavadas con agua tibia y jabón, luego del aseo se debe dejar secar al aire libre (obvio, sin guardarlas en sus estuches y darle la forma que tiene el pincel o la brocha).
Asear correctamente estos accesorios de belleza permiten que duren más tiempo y también para evitar algún rastro de acné o de infecciones provocada por bacterias, ya que estos utensilios acumulan residuos de producto, suciedad y aceites que crean un ambiente idóneo para el crecimiento de estos pequeños bichos, que incluso pueden obstruir los poros.
Beneficios de limpieza
- Al limpiar periódicamente las brochas de maquillaje, ayudas a mantener los cepillos suaves
- También evitas que se oxiden tus cosméticos
Ten en cuenta que, en caso de no limpiar las brochas con frecuencia puede hacer que el polvo y la suciedad del ambiente se adhieran fácilmente a tus cosméticos.
