En Yucatán, este apicultor rescata abejas para evitar que sean quemadas en zonas urbanas de Mérida, donde han creado enjambres.
¿Cómo rescatan a las abejas en Yucatán?
Cada vez que una abeja muere, perdemos también una parte importante de los polinizadores del planeta. Raúl, un apicultor yucateco, está convencido de esto y por ello, rescata enjambres de zonas urbanas en Mérida, para reubicarlas en lugar de ser exterminadas.
“Para sacarlas, vamos a poner una trampa porque nosotros no cortamos el árbol, tenemos una técnica de embudo, la sellamos, de ahí salen y no vuelven a entrar. Ya no tenemos que matar el árbol, a eso le ponemos una caja, una vez que pase toda la colonia a la caja nosotros las llevamos a nuestros apiarios.”
Raúl Peraza, apicultor
Es en el verano cuando se incrementa la presencia de enjambres en casas habitación. En la mayoría de los casos, las abejas no son bienvenidas y por temor o ignorancia, algunas personas prefieren exterminarlas.
“La gente ya cambió, antes era matarlo todo, y ahora mucha gente nos llama y dicen que no quiere que las maten. Ha habido un cambio”.
Raúl Peraza, apicultor
Día Mundial de las Abejas
La Asamblea General de las Naciones Unidas declaró el 20 de mayo el Día Mundial de las Abejas para llamar la atención sobre la importancia de preservarlas a ellas y otros polinizadores, porque sin éstos, simplemente no habría alimentos, y al parecer las nuevas generaciones comienzan a entenderlo.
“Me parece muy importante esta labor porque vamos aprendiendo que este tipo de insectos no son malos; al contrario: nos ayudan y podemos entender que ayudan también al medio ambiente”.
Sondeo
El servicio que Raúl ofrece es gratuito y ha conseguido que otros compañeros apicultores se sumen a la defensa y rescate de estos insectos: sacarlos de zonas urbanas y llevarlos a un lugar seguro.
En México existen mil 900 especies diferentes de abejas nativas, la mayoría no tienen aguijón, es decir, son abejas meliponas y 17 de éstas se encuentran en la Península de Yucatán, muchas de ellas no representan ni siquiera un riesgo, pues no tienen aguijón.