En Muna, al sur de Yucatán, está el hogar de los guardianes de los montes: los aluxes.
Estos seres de estatura diminuta, con rostros de ancianos y muy traviesos, protegen las tierras y a sus habitantes.
Cuando no cumples con las ofrendas, entonces se manifiestan: tiran piedras, gritan de noche, ríen como niños, mueven cosas de lugar, chiflan en medio de la noche.
“A los aluxes les gusta hacerse notar cuando las personas se olvidaron de darles sus ofrendas; al alux le gusta que le des tabaco, miel, juguetes, dulces; lo que quieras, un rezo, una veladora, a cambio le pides que cuide tu terreno, tus energías, tus animales, que nadie entre a robar a tu terreno, que no pasen cosas negativas en tu terreno, malas vibras, todo eso es la labor del alux, pero a cambio le tienes que dar una ofrenda y si no lo haces o te olvidas de ello, se manifiestan”.
Pedro Ayuso, encargado del parque de los Aluxes
Los mayas creaban estas figuras de barro, que ahora se entregan a sus dueños y son colocadas en un altar; se dice que por las noches cobran vida.
En este parque hay una gruta donde, se cree, estos seres se manifiestan.
“Lo cierto es que el Parque Ecológico del Mirador tiene una gruta que es llamada precisamente La Gruta de los Aluxes, según nosotros sabemos, a través de chamanes o X’men, como se llaman aquí en Yucatán, en esa caverna que tenemos en el Parque viven 40 aluxes”.
Pedro Ayuso, encargado del parque de los Aluxes
Para los yucatecos, tener un contacto cercano con un alux es también sinónimo de suerte, de protección.
“Pues hasta ahorita no he tenido la oportunidad de ver o escuchar algo así, pero aquí los otros compañeros sí han tenido esa suerte de verlos o escucharlos”.
Lidia López, turista
- Para los mayas, los enanos y los duendes fueros los primeros habitantes de la Tierra.
Se dice que cuando el dueño del alux muere, el ser mitológico permanece en el sitio, cuidando el territorio del fallecido.