En Mérida, el colectivo Kanan ts’ono’ot, que en lengua maya significa “Guardianes de los cenotes”, mantiene una lucha jurídica para lograr que el anillo de cenotes de la Península de Yucatán sea declarado sujeto de derecho.
¿De qué trata la lucha jurídica por los cenotes de Yucatán?
Esto permitiría a las comunidades convertirse en defensoras de estos sitios naturales e impedir que un Gobierno, de cualquier orden, apruebe proyectos turísticos, inmobiliarios o porcícolas que dañan estos depósitos de agua.
- El colectivo interpuso un amparo ante el Tribunal del Poder Judicial de la Federación, quien, se espera, emita una resolución
“Los cenotes (se reconocerían) como entes vivos, no como lo que son, un entramado biótico de gran importancia, (además, se busca una) obligación o reconocimiento de las comunidades indígenas que están en la zona del anillo de los cenotes”, explicó Jorge Fernández, abogado del colectivo Kanan ts’ono’ot.
En ese sentido, el abogado detalló que si la resolución es favorable, integrantes de las comunidades serían los guardianes y tendrían la administración de los cenotes.
“Serían quienes tendrían la administración, por así decirlo, de esos cenotes, puesto que lo que conlleva el reconocimiento de un elemento natural como sujeto de derecho es también el reconocimiento de que son las comunidades indígenas o campesinas, en este caso indígenas, las que tienen el derecho de establecer los mecanismos de protección y de administración sobre esos cenotes”, añadió el abogado del colectivo kanan ts’ono’ot.
En Yucatán, la Reserva Estatal Geohidrológica Anillo de Cenotes provee el 42 % del volumen de agua dulce a todo el estado.
Las comunidades, desde hace varios años, enfrentan una batalla jurídica contra granjas porcinas que buscan instalarse sin contar con Manifiesto de Impacto Ambiental y mecanismos que permitan un manejo sustentable.
“Se está luchando por algo porque ahora resulta que hasta el agua con la que me baño a veces sale amarilla de vez en cuando y eso no pasaba, y ahora empieza a residir porque ya cuando empiezo a comer se empiezan a acercar las moscas verdes porque ya está abierta la granja (porcina); son evidencias de que sí es cierto lo que nosotros estamos pidiendo, que se quite la granja de aquí porque lesiona realmente a nuestras familias, en la salud donde nos golpea, están con calenturas, con ronchas, tos y más que nada es eso”, José Dzul, vecino de Homún.
- En Yucatán, comunidades como Homún, Sitilpech y Kinchil son las más representativas en la lucha contra las granjas porcinas.
Según un estudio de 2020, elaborado por la organización ambientalista Greenpeace, en la Península de Yucatán hay 257 granjas, pero solamente 22 de ellas cuentan con estudios de impacto ambiental.