Llegó diciembre y con ello las posadas, fiestas y las típicas pastorelas que buscan dar a conocer la historia del nacimiento del Niño Jesús.
En Xalapa, Veracruz, una escuela de perros decidió “salirse” del molde y montar una obra; la diferencia es que los papeles de la Virgen María, San José, Jesús, los Reyes Magos y los pastores fueron encarnados por caninos.
En plena pastorela, los organizadores tomaron fotos de sus “alumnos” y las subieron a redes sociales, donde se han convertido en la última sensación de Navidad por lo tiernos que lucían los perros de Xalapa dentro de sus disfraces para la pastorela.
En el papel de Jesús, se puede ver a un pequeño chihuahua, a quien le pusieron un pañal, mientras que, a su izquierda, un perro negro grande representa a José. Tras él está la María perruna, que viste un traje azul con blanco.
Como ángel podemos ver a otro suave lomito de color negro, mientras que un pastor belga encarna a una pueblerina. Otro perro de su misma raza se encargó de hacerla de diablo.
Un bóxer blanco fue vestido de borreguito, mientras un pastor australiano también portaba cuernos de diablo.
Una de las partes más tiernas se ve al fondo, donde está sentado un perro de talla chica que representa a la estrella de Belén.
- Para completar el cuadro de la pastorela de Xalapa, más canes fueron vestidos con coronas (de los Reyes Magos) y cuernos de renos.
Las muestras de cariño y apoyo a la creativa idea que tuvo esta academia de perros en Xalapa no se hicieron esperar. Sus seguidores compartieron las instantáneas, haciéndolas virales en las redes sociales.
Comentarios llenos de corazones acompañaron a las publicaciones que retomaron las imágenes para promover el respeto al “mejor amigo del hombre”, pues es bien sabido que en estas fechas es común que se regalen mascotas que en los primeros meses del año son abandonados a su suerte en las calles, generando un problema de sobrepoblación, contaminación, crueldad y maltrato animal.
La mayoría son perros que crecieron más de lo esperado o que no tuvieron la oportunidad de ser educados, por lo que sus humanos los dejan a su suerte con el pretexto de que son muy “latosos”.