Además de la contaminación por bacterias, la laguna de los siete colores de Bacalar, Quintana Roo, enfrenta otro problema que tiene que ver con las grandes cantidades de basura que dejan los visitantes dentro y fuera del cuerpo lagunar.
“En la laguna tenemos un ecosistema bastante delicado, como ya lo conocemos, y uno de los principales problemas son los residuos sólidos urbanos”.
Diego Salvador Sánchez Alcérreca / Organización civil ambientalista “Alak”.
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Asociaciones civiles ambientalistas realizan limpieza constante de la laguna de este pueblo mágico, en donde han encontrado de todo.
“La verdad es que encontramos mucha cerveza, mucho vidrio, encontramos también unicel, plásticos PET, de todo”.
Danna Zapata de la Fuente / Fundación “Mía sustentable”.
La idea es también evitar que la menor cantidad de basura llegue a los basureros, para frenar la contaminación del manto freático.
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“Los residuos líquidos de toda esta basura se está yendo hacia abajo, hacia el subsuelo”.
Diego Salvador Sánchez Alcérreca/ Organización civil ambientalista “Alak”.
Las asociaciones civiles trabajan difundiendo la educación ambiental en escuelas, restaurantes y hoteles, para separar los residuos sólidos. Negocios de comida, como “Nixtamal”, en Bacalar, han adoptado la cultura de reutilizar todo lo que se pueda.
Autoridades que se han sumado a estas acciones invitan a la población a no dejar su basura cuando acudan a visitar la laguna de Bacalar, debido a su frágil ecosistema.
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Como parte de la educación ambiental, asociaciones civiles también contribuyen con la reforestación del pueblo mágico, a fin de incentivar entre la población el cuidado del medio ambiente.
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