El sonido de los huesos de fraile que se ajustan a los tobillos de los danzantes hacen eco en las calles del centro histórico de Querétaro, mientras los acompañan los tambores y el violín, las miles de plumas y los múltiples colores, forman la danza de los concheros que avanzan hacia el Templo de la Cruz de los Milagros.
Desde el 12 de septiembre y hasta el sábado 16, los festejos de la Santa Cruz inundan el centro histórico de Querétaro, mismas que están acompañadas de algarabía, música y cientos de puestos de comida, bebidas, juguetes y otros artículos para toda la familia.
“Danzar es una conectividad, para empezar, con la Madre Tierra, respecto a lo que es la tradición, darle gracias a Dios por todos los conceptos recibidos a lo largo de los años”
El “Aguacate”, danzante del grupo San Pedro de la Cañada
[TE PUEDE INTERESAR: Bailes y danzas más representativos de México]
El origen de la danza de los concheros
Año con año, miles de danzantes y visitantes peregrinan con destino al Templo de la Cruz o Cerro del Sangremal, donde en 1531 las tropas del Ejército español se enfrentaron contra el Ejército chichimeca, batalla que se detuvo por una luz brillante que apareció en el cielo y en el centro una cruz de color blanco y rojo junto al apóstol Santiago.
“Aquí se venera a la Santa Cruz de los Milagros, fue su aparición aquí en el barrio de la Cruz y se venera porque es muy, muy milagrosa. Viene muchísima gente de varios lados de la ciudad, de Querétaro, México, de muchas partes”.
Maricruz Martínez, danzante del grupo chichimeca
[TE PUEDE INTERESAR: El sangriento origen del pozole: ¿cómo se preparaba este platillo en la antigüedad?]
Una tradición en Querétaro llena de fe
Los fieles que se congregan en Querétaro para convertirse en testigos de la danza de los concheros aseguran que la Santa Cruz es altamente milagrosa, por lo que la fiesta es para agradecer por los milagros recibidos.
La fe de quienes veneran a la Santa Cruz se demuestra de muchas formas, unos con danzas, otros al cargar flores, cruces, vestidos de flachicos, entre otras expresiones.
“Simplemente, mi hijo era gemelo. Mi otro gemelito falleció, él duró tres meses en el hospital y salió del hospital”.
Eleazar González, danzante de Guadalajara