Oaxaca tiene a Atonaltzin, un sitio con aguas sulfurosas, las cuales, aseguran, cuentan con propiedades curativas debido a su pureza.
¿Qué se sabe de las propiedades curativas de las aguas sulfurosas de Atonaltzin, Oaxaca?
Atonaltzin alberga en su corazón un manantial, el cual se adaptó como balneario con tres albercas surtidas por aguas sulfurosas de circulación permanente. Es decir, constantemente el manantial renueva las propiedades sulfurosas de sus aguas para los visitantes que se dan cita todo el año.
Este lugar tiene más 75 años de antigüedad, por lo que su popularidad ha crecido a lo largo de este tiempo; sin embargo, pocos saben que se ha extendido más de 8 mil metros cuadrados, aproximadamente, y ahora puedes, incluso, hospedarte y disfrutar de otras actividades alejadas de la natación, como meditación y yoga.
Además del proceso de relajación y paz que un sitio como éste transmite, cuentan quienes han tenido la oportunidad de adentrarse en estas aguas sulfurosas -con un historial que se remonta desde 1955-, que ofrecen propiedades curativas como la hidratación instantánea y cicatrización de la piel, además de resolver problemas de acné, disminuir la inflamación y el dolor.
Por si fuera poco, las aguas mantienen temperaturas de 26º C aproximadamente, sin importar la temperatura exterior. Y siempre mantienen el tono cristalino.
El parque cuenta con lo necesario para pasar momentos agradables con todas las comodidades. En la extensión del balneario es posible encontrar jardines, árboles, palapas, bancas, restaurantes y estacionamiento. También cuenta con asadores y juegos infantiles.
El balneario Atonaltzin se encuentra en la carretera a Tepelmeme, Oaxaca, en el kilómetro 1, en Villa de Tamazulápam del Progreso. El horario de servicio es de 9:00 a 17:00 horas. Está ubicado en Tamazulapan del Progreso, si visitas el balneario, no olvides pasearte por el pueblo, donde encontrarás el Parque Central y la Parroquia de Santa María de la Natividad de estilo barroco, la cual fue fundada por la Orden de los Dominicos e el siglo XVI.
¿Qué son las aguas sulfurosas?
Las aguas sulfuradas son aquellas con un importante contenido en azufre, así que lo mejor será empezar por saber más sobres este elemento. Se trata de un mineral presente en gran cantidad en la corteza de la tierra y cumple diferentes e importantes funciones en nuestro cuerpo.
El azufre es conocido desde la antigüedad, ya los egipcios lo utilizaban para purificar los templos. Al tratarse de agua ácida, está recomendada para diferentes afecciones dermatológicas. En concreto, las aguas sulfurosas son las más aconsejables para tratar la psoriasis por sus propiedades antiinflamatorias y por los nutrientes que contienen, que ayudan a cicatrizar e hidratar la piel.
Portales de salud aseguran que sus propiedades también las hacen ideales para resolver problemas de acné, al ser antibacterianas, antiinflamatorias y tener un efecto renovador. Esto quiere decir que facilitan el desprendimiento de la piel muerta que bloquee las células, evitando que los poros se tapen y se sobreinfecten.
Además, en casos de dermatitis atópica, estas aguas disminuyen la inflamación y reducen el picor; las aguas con alto contenido en azufre también ayudan a nuestra piel, permiten eliminar toxinas, uniformizan su pigmentación y calman eczemas y alergias. Por si fuese poco, ayudan a la formación de queratina y colágeno, mejorando la firmeza y elasticidad de nuestra piel, además de ser positivas para el cabello y las uñas.
Esos beneficios pueden interpretarse como propiedades relacionadas con la belleza o la estética, pero las aguas sulfuradas son un gran aliado de nuestra salud. Así, contribuyen a mitigar dolencias relacionadas con las vías respiratorias (como asma, bronquitis crónicas, laringitis o sinusitis), ya que sobre las mucosas causan un efecto similar al que tienen sobre la piel (efectos hidratantes, relajantes y vasodilatadores, entre otros).