“La Batalla” es un juego de origen prehispánico practicado por los mixtecas de Oaxaca, y que comienza al caer la noche, así se jugó en Santo Domingo Yanhuitlán, Oaxaca.
“Y éste es el juego de La Batalla, uno de los juegos más antiguos de todos los tiempos, de toda la historia de Santo Domingo Yanhuitlán”.
Julio Ángel Miguel Ramírez, quien busca rescatar juego prehispánico
¿Cómo se juega La Batalla, juego prehispánico en Oaxaca?
Para esta peculiar práctica de antaño son necesarios dos equipos: cinco jugadores en cada uno, de preferencia, quienes llevarán de extremo a extremo de la calle principal -convertida en cancha-, un pedazo de madero en forma de cilindro al rojo vivo y que, en el partido, hará las veces de balón.
Para arrastrar la braza encendida, se emplea un palo de madera, semejante a un bastón, que tiene en el extremo inferior una curva natural que le da fuerza al golpe.
- El madero es extraído de un árbol que crece en la región, llamado “pipi”
Esta vez se jugó en el municipio de Yanhuitlán, como parte de los festejos a Santo Domingo de Guzmán, gracias a don Julio, quien busca rescatar esta práctica.
“Se trata de mantener vivo el pasado, a través del deporte de La Batalla, eso nos hace recordar a nuestros antepasados, cómo se divertían en aquel tiempo, porque no había otros deportes como los hay ahora. No había canchas deportivas, no había en qué pasar el tiempo. Todo era trabajo en ese tiempo”.
Julio Ángel Miguel Ramírez, busca rescatar juego prehispánico
En La Batalla, también pueden participar mujeres y niños
El equipo ganador es siempre el que logre llevar el fuego al extremo contrario de la cancha, en medio de una disputa llena de chispas que brotan y dejan una estela cuando se golpea el madero para recuperarlo, y alejarlo del rival.
- El juego es rudo, pero no es impedimento para que participen mujeres y niños
“Sí, no hay diferencia, no hay que discriminar a una niña para poder jugar juegos de niños, sí podemos jugar”.
Reyna, jugadora de La Batalla a sus 12 años
El origen del juego se pierde en la historia posterior a La Conquista, pero se sabe que fue prohibido por las autoridades religiosas y municipales por considerarlo una práctica ofensiva y porque, muchas veces, el destino incierto de la bola de fuego provocaba incendios.