Valeria Macías es una maestra de Nuevo León que lleva 7 años sufriendo acoso por parte de un exalumno; durante todo este tiempo, las autoridades no han hecho casi nada para ayudarla. Por este motivo, busca tipificar al acecho como delito para que su historia no se repita.
Valeria Macías cuenta cómo inició su historia de acoso
En 2017, Valeria Macías fue maestra en una universidad de Nuevo León. En una de sus clases conoció a David Martínez, un alumno que era más grande que todos, incluida ella. A Valeria este estudiante le daba mala espina porque nunca hablaba en clases y todo el tiempo se le quedaba viendo fijamente. Después de un tiempo, él dejó de asistir a la escuela; parecía que aquí terminaba su historia.
David comenzó a mandarle fotografías por email, a su cuenta personal y la del trabajo. Alrededor de 300 correos al día, todos los días; cada uno con sólo una foto de diversos temas: homicidios, feminicidios, documentos personales, de política. El problema escaló y también la acosaba en Instagram y Facebook.
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De alguna manera consiguió su número de WhatsApp, y ahora, además de los mensajes, también la llamaba por teléfono. Le marcaba, se quedaba callado y colgaba. Un día, por fin se animó a hablar, le dijo a Valeria que la admiraba y estaba enamorado de ella.
Valeria inventó que tenía pareja, y le pidió que la dejara en paz. Él contestó que entendía y que ya no la buscaría. Una vez más parecía que era el fin de la historia, pero apenas era el comienzo.
Esa misma noche le mandó un mensaje por WhatsApp para decirle: “es que tú no has entendido que me tendrías que matar para que te deje en paz”.
De los mensajes pasó al acoso en persona y a las amenazas de muerte
David pasó de los mensajes y las llamadas al acoso en persona. Se paraba afuera de su oficina durante 8 horas, la seguía cada vez que salía de paseo o con sus amigos. Cada día le mandaba mensajes con comentarios del tipo “que bien te ves” o “hoy usaste otra ruta para visitar a tus papás”.
Cansada del acoso diario, y con el miedo de que David le hiciera algo, Valeria decidió levantar una denuncia ante el Ministerio Público, pero en lugar de recibir ayuda encontró prepotencia e indiferencia de las autoridades.
Uno de los agentes del MP le dijo, entre risas, que tenían “cosas más importantes que atender” y añadió que sólo atienden casos con de violencia física evidente. Ella contestó “¿Entonces vengo cuando me maten?, a lo que le respondieron “Sí, nada más no me jales las patas porque yo no tuve la culpa de nada”.
En noviembre de 2021, Valeria contestó el teléfono, pensando que era otra persona, pero se trataba de David, quien le dijo “Hoy te voy a encontrar y te voy a matar”. Asustada y frustrada porque se sentía abandonada, decidió grabar un video para contar su historia y lo subió en Instagram. Esta publicación se volvió viral y por fin las autoridades hicieron algo. Tuvieron que pasar 5 años para que detuvieran a su acosador.
Valeria Macías busca tipificar el acecho como delito; su agresor quedó en libertad
David Martínez quedó en libertad después de 8 meses en prisión porque una juez dictaminó que no había delito. En México se condena el acoso si tiene connotaciones sexuales, pero el caso de Valeria es acecho y no está tipificado por la ley.
Valeria publicó otro video para explicar que su agresor quedó en libertad, y una vez más, las autoridades decidieron actuar ante la presión mediática. En una nueva audiencia, realizada por Zoom, un juez reconoció que cometieron un error y ordenó la aprehensión contra David Martínez.
David se encontraba en su casa durante la audiencia, sin ningún tipo de vigilancia, y cuando escuchó la sentencia en su contra se dio a la fuga. Después de siete meses prófugo, un abogado le notificó a Valeria que su agresor metió un amparo, por lo que las autoridades retiraron la orden de aprehensión.
Esto motivó a Valeria Macías a impulsar una ley para tipificar el acecho como delito en nuestro país. Su principal motivación es que ninguna mujer sufra el infierno que vivió y sigue sufriendo. Valeria también menciona que muchos feminicidios comienzan como acecho, pero las autoridades sólo actúan cuando es demasiado tarde.
Lo más reciente del caso de Valeria Macías es que metió una revisión de la orden de aprehensión. Esto fue hace año y medio, y aún no recibe respuesta por parte de las autoridades. Ella sigue viviendo cada día con miedo mientras su acosador está libre.