La falta de agua en la Presa de La Boca no es lo único visible en esta extensión de 455 hectáreas, que ha puesto en alerta al municipio de Santiago, en el estado de Nuevo León.
- Actualmente, la presa La Boca se encuentra entre un 26 y un 29% de su capacidad, y sólo un huracán o lluvia atípica podría reabastecerla, como lo hizo el huracán Gilberto a finales de la década de los 80.
El alcalde de Santiago, David de la Peña, solicita al Gobierno federal, estatal y a la Comisión Nacional del Agua (Conagua) realizar trabajos de desazolve, para incrementar su capacidad.
Debido a la sequía, también comenzaron a surgir vestigios de asentamientos humanos del siglo pasado en la presa.
“Al día de hoy, hemos descubierto unos vestigios de construcciones antiguas en ciertas zonas que se están comenzando a notar y que se están comenzando a relucir el día de hoy… Sí, seguramente ahí anteriormente era una zona de labor y era zona de algunas pozas de algunas albercas, de un balneario, y pues bueno, están saliendo al descubierto algunas ruinas antiguas”.
David de la Peña, alcalde de Santiago
Además de la falta de agua para la población, la sequía también ha dejado sin empleo e ingresos a los lancheros que ofrecen recorridos acuáticos en la presa. Diariamente, se pierden entre 4 y 7 metros de agua.
“Aquí estaba el agüita, todo esto es casi 7 metros, 7 u 8 metros diarios es lo que está bajando… Tres cuatro meses, tres cuatro meses que está así duro… Falta de lluvia, la gente que no estamos cuidando el agua, ahorita se ocupa valorar un poco el agua, está muy triste esto”.
Óscar Silva, trabajador de Catamarán
Hay quienes le sacan provecho a la falta de agua, y utilizando detectores de metales, han logrado recolectar placas antiguas, monedas o antigüedades que el agua de la presa cubrió.
“Monedas antiguas, es todo, moneditas, dedales, pues se puede encontrar uno muchas cositas que se le cayeron a la gente que andaba aquí trabajando y todo, igual como si a uno se le cayeran las cosas en estas fechas, pero en aquellos años se les caía y ahorita tienen un poquito más de valor, por decir, por la antigüedad…”.
Óscar Silva, trabajador de Catamarán
Desde el año 1987, el nivel del agua de la Presa La Boca no disminuía tanto, ahora preocupa a sus habitantes y trabajadores la falta de lluvia que se extenderá durante este invierno.