Diego Santoy Riveroll, llamado el “Asesino de Cumbres”, recibió durante esta jornada una sentencia definitiva de 71 años de cárcel. Luego de que su exnovia, Érika Peña Coss, terminara la relación amorosa en marzo de 2006, Diego Santoy ingresó a su domicilio, asesinó a los hermanos menores de la joven y secuestró a una empleada doméstica.
- En la actualidad, poco se sabe de la familia Peña Coss.
- Su casa está abandonada desde la consumación de los asesinatos.
- Se presume que los sobrevivientes salieron de México tras los hechos.
Fue en marzo de 2006 cuando Érika Peña Coss terminó su relación amorosa con Diego Santoy, el “Asesino de Cumbres”, quien irrumpió con un pasamontañas y guantes en el domicilio de la joven, ubicado en la colonia Cumbres de Monterrey, capital de Nuevo León, para cometer una serie de delitos contra la familia:
- Allanamiento de morada.
- Huyó con la empleada doméstica (secuestro).
- Intentó asesinar a Érika Peña Coss (asesinato en grado de tentativa).
- Apuñaló al hermano de Érika, Erick Azur, de 7 años (homicidio calificado).
- Asfixió a la hermana de Érika, María Fernanda, de 3 años (homicidio calificado).
La sentencia contra Diego Santoy
Roberto Flores, exprocurador general de Nuevo León y abogado de la familia Peña Coss, dijo que la sentencia de 71 años, 7 meses y 27 días de prisión dictada contra Diego Santoy, el “Asesino de Cumbres”, fue benévola, ya que los crímenes, en conjunto, debieron ser suficientes para enviarlo tras las rejas por más de 150 años.
Para el litigante, que hoy en día no tiene contacto con la familia Peña Coss, ni los años ni montos económicos de reparación de daños son suficientes para resarcir lo que sucedió hace 15 años, a manos de Diego Santoy, el “Asesino de Cumbres”, en la colonia Cumbres.
Érika Peña Coss resultó con golpes en la cabeza, causados por un martillo, y presentó lesiones ocasionadas con una navaja. La trabajadora doméstica Catalina Bautista Juárez fue encajuelada y luego liberada en la avenida Félix Uresti Gómez, en el Centro de Monterrey. Hoy en día nadie sabe de sus paraderos, ya que emigraron de Monterrey a otras ciudades y países, después de lo sucedido el 2 de marzo del 2006.