Alejandro Galván Araiza es el director general de la Oficina Ejecutiva del Gabinete de Tepic y fue detenido por elementos de la Fiscalía de Nayarit en la casa de la edil de esa demarcación, Geraldine Ponce. Es acusado del delito de violencia familiar.
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Araiza se encontraba en la casa de la edil cuando elementos de la Fiscalía irrumpieron en su domicilio con una orden de cateo y de aprehensión en contra del funcionario público.
El funcionario funge como secretario técnico y una de sus principales funciones dentro del Gobierno de Geraldine Ponce es la de coordinar a los directores del Gobierno municipal.
Funcionario denuncia amenazas
Hace unos días, Alejandro Galván Araiza denunció amenazas del gobernador de Nayarit, Miguel Ángel Navarro, y dio a conocer que un grupo armado entró a su casa a robar y a violentar a su familia.
En un video que publicó en redes sociales, el funcionario dijo que el gobernador lo señaló como un “padre irresponsable y deudor alimenticio”, además de estar presuntamente vinculado a otros delitos como lavado de dinero y ser prestanombres del exgobernador Ney González.
Alejandro Galván Araiza no reconoció a una niña como su hija
La detención de esta tarde en la casa de la edil, Geraldine Ponce, por el delito de violencia familiar podría estar relacionada con las acusaciones de que Galván Araiza no ha querido reconocer a una niña como su hija, tema que el mismo gobernador, Miguel Ángel Navarro, ha tocado y hecho del conocimiento público.
En ese sentido, Alejandro Galván reconoció que ése es uno de los señalamientos que le persiguen y aseguró que la niña no es su hija.
“No reconozco a esa hermosa niña como mi hija, porque simplemente no es mi hija (…) hasta la fecha no he recibido una notificación formal de ninguna instancia, por lo que evidentemente no hay ninguna sentencia, ya que ni siquiera ha iniciado un proceso legal”.
Agregó que hace algunos meses se puso en contacto con la mamá de la niña para hacerle saber que estaba dispuesto a hacerse una prueba de ADN “para que saliera de dudas” y aseguró que no aceptó.
