Multas y hasta cárcel fueron sanciones aprobadas por el Cabildo de Cuernavaca, Morelos para las personas que se nieguen a usar cubrebocas y así evitar que se extienda la pandemia por COVID-19 en el estado.
- El Cabildo de Cuernavaca aprobó aplicar multas, así como arresto de 36 horas a los ciudadanos que no porten cubrebocas en la entidad.
Con 60 casos por semana, Cuernavaca se considera estable en nuevos contagios de COVID-19, por ser un área metropolitana de alta densidad poblacional, condiciones que implican el riesgo latente de regresar al semáforo epidemiológico naranja, incluso al rojo, señaló Alberto Rafael Chávez Martínez, subsecretario de Salud Pública del Ayuntamiento.
Son más los pacientes asintomáticos
Conforme a las estadísticas estatales de la Secretaría de Salud, en la capital de Morelos hay más pacientes asintomáticos, cuyas edades están entre 25 y 45 años, la mayoría en confinamiento domiciliario, mientras que el porcentaje de contagio es de 55% entre hombres y 45% de mujeres, sin embargo, se pretende que las nuevas medidas como el uso obligatorio de cubrebocas en lugares público evite que se incrementen los contagios por COVID.
Chávez Martínez explicó que, los hombres en edad productiva están más expuestos por causas de trabajo, por descuido en el estilo de vida y en las medidas de prevención (uso de cubrebocas, constante lavado de manos, uso de gel y sana distancia), además de ser más propensos a asistir a establecimientos nocturnos, fiestas y aglomeraciones.
Se deben posponer actividades sin cubrebocas
Explicó el subsecretario de Salud de Cuernavaca que no hay registro de contagios en niños en el municipio, por lo que de igual manera las medidas de preventivas para evitar el contagio rigen para todas las edades, mientras los adultos, insistió el funcionario, deben evitar las actividades riesgosas donde se rompe la sana distancia y se olvida el cubrebocas.
El funcionario puso énfasis a extremar precauciones especialmente durante la estrategia de reactivación económica denominada “El Buen Fin”, por el riesgo que conllevan las concentraciones masivas en establecimientos comerciales.