Comunidad purépecha de Tzirio retoma armas y barricadas ante irrupción de extorsionadores
Tras la irrupción el pasado fin de semana de civiles armados que exigían pagar cinco mil pesos por hectárea en cultivos de aguacate, la comunidad purépecha de J. Jesús Díaz Tzirio, en Michoacán, reactivó sus barricadas y las labores de vigilancia.
“Un grupo armado no identificado ingresó al territorio al lado norte, del lado de Zamora, y empezaron a amenazar a los trabajadores que estaban en esas áreas, desalojándolos, que dejaran de trabajar y recogieran, que a partir de ese momento ellos se iban a instalar“.
Eloy Madrigal Agustín, exjefe de tenencia de Tzirio.
Pobladores de Tzirio obligados a vigilar por la inseguridad
“No somos policías ni nadie es policía de nuestra comunidad, sin embargo, ahora sí la inseguridad que prevalece no solo en el estado, sino en toda la república, pues nos obligaron a fungir como policías comunales“.
Eloy Madrigal Agustín, exjefe de tenencia de Tzirio.
Este poblado ubicado en el municipio de Los Reyes, regido bajo la figura del autogobierno desde hace dos años, vio interrumpida la paz de la que gozó por casi una década, pese a colindar con regiones azotadas por la violencia.
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Al menos tres barricadas se han instalado en las salidas hacia Tinguindín y Jacona, donde realizan filtros de revisión a automovilistas las 24 horas del día.
“Aquí participamos la mayoría, bueno, toda la comunidad en donde revisamos camionetas, en donde no entren con armamento, no vengan… ahora sí, pues que vayan de paso, sería eso”.
Integrante de Guardia Comunal.
Aquí, desde los más jóvenes que apenas alcanzan la mayoría de edad, los adultos mayores con las pocas fuerzas que aún les restan e incluso también las madres de familia salen a defender a su pueblo.
“Y es por eso que, como mujeres, varias de nosotras nos hemos unido, hemos dejado a un lado el miedo, hemos dejado a un lado nuestro género, que se supone que el género femenino es un género débil, que es un género frágil, ante la inseguridad no lo es, ante la inseguridad nosotros también nos levantamos y nos levantamos con la frente en alto“.
Madre de familia de Tzirio.
Pese a la situación que prevalece, en Tzirio intentan retomar su cotidianidad.
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La plaza principal sigue recibiendo a los comerciantes de cara a sus fiestas patronales próximas, los negocios lucen abiertos y sigue la cosecha del maíz y aguacate.
Sin embargo, exigen a las autoridades estatales asumir su responsabilidad en materia de seguridad, pues ni siquiera su Ronda Comunitaria cuenta con el personal y armamento para hacerle frente a la delincuencia organizada.
“Nosotros no tenemos y no debemos estar nosotros protegiéndonos, nomás nosotros”.
José Cruz Pérez, jefe de tenencia.