En los talleres de obsidiana de Epazoyucan, Hidalgo, son mujeres artesanas quienes sacan adelante esta actividad, ante la ausencia de hombres que han viajado al extranjero en busca de oportunidades laborales.
Aunque es un trabajo duro, poco a poco comienzan a ganarse un lugar al mostrar sus ganas de salir adelante a través del arte.
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“Apenas voy empezando, la verdad si se me ha hecho un poco difícil porque apenas voy empezando, pero le trato de echar ganas”.
Marisol Vera, artesana.
Son 20 talleres de obsidiana ubicados en la localidad de Nopalillo, donde este grupo de mujeres desempeña la actividad de la que dependen más de 35 familias.
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“Sí, la verdad es que la mayoría a lo mejor busca otro empleo o se va para los Estados Unidos y sí ya es menos la mayoría de los hombres que trabajan aquí, entonces las mujeres tratamos de demostrarles que sí podemos y venimos y trabajamos aquí”.
Marisol Vera.
- La obsidiana es una roca volcánica que se extrae de las minas ubicadas en el llamado Cerro de Las Navajas. Ahí obtienen una obsidiana dorada, que es única en el mundo.
“Aquí el tipo de obsidiana es la verde-dorada y supuestamente el yacimiento se da, ya que el componente, en este caso de los elementos, da las tonalidades al color”.
Felipe Amador, artesano.
Estas minas son explotadas desde la época prehispánica y con ellas se elaboran vistosas artesanías que son vendidas en zonas arqueológicas y se exportan a otros países. El material extraído llega a los talleres, donde se convierten en piezas únicas con un toque muy mexicano.
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“Con la bendición de Dios hemos estado exportando una poquita de piedra para Estados Unidos, lo que es Wisconsin y una poquita de mercancía para Texas”.
Ascencio Pelcastre, artesano.
En sus 22 minas activas, con profundidades de entre 20 y 100 metros, laboran 30 mineros originarios de la comunidad de Nopalillo.