Armados con machetes y bates, habitantes de algunos puntos de Acapulco protegen sus casas de robos y saqueos, ante la falta de luz y el desabastecimiento que afectan al puerto mexicano tras el devastador paso del huracán Otis.
Los residentes han levantado barricadas con tejas de lámina y otros escombros que dejó el ciclón, para impedir que extraños ingresen a sus cuadras y se lleven sus pertenencias.
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El huracán Otis, que impactó en la madrugada del pasado miércoles con categoría 5, la máxima de la escala Saffir-Simpson, dejó una estela de destrucción en esa ciudad para 780 mil habitantes, los cuales viven principalmente del turismo. Las afectaciones se vieron en:
- 274 mil viviendas
- 600 hoteles
Tras la furia del viento y la lluvia, hubo saqueos en supermercados y tiendas de abarrotes, principalmente, las personas se llevaban comida y productos de higiene.
Al respecto, algunos pobladores, con miedo a ser robados, han decidido proteger sus bienes. Salvador Chávez, vecino de uno de los barrios periféricos, comentó:
“Como entre 9:00 y 10:00 de la noche ya está la gente haciendo barricadas para que no vayan a pasar. Jalan lo que está tirado en la calle y con eso mismo. Han encontrado gente que se ha metido a las casas solas”.
Salvador Chávez, habitante de Acapulco.
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Disparos al aire para alejar a los ladrones
Algunos pobladores han advertido del riesgo de que los disturbios se extiendan a las zonas residenciales y negocios pequeños, en caso de que la ayuda humanitaria no fluya con celeridad, si bien desde el pasado viernes las autoridades reparten agua y demás productos básicos.
“Muchas tienditas están vendiendo por la puerta, no quieren subir sus cortinas porque las quieren saquear”.
Salvador Chávez, habitante de Acapulco.
Chávez narró que sus vecinos han advertido que dispararán al aire por la noche para ahuyentar a los ladrones. Algunos condominios ubicados en la llamada Zona Diamante del puerto (donde se alzan hoteles de cinco estrellas y edificios de lujo) han colocado, por su parte, guardias armados para evitar robos y saqueos.
El gobierno del presidente Andrés Manuel López Obrador ha desplegado miles de militares y marinos para garantizar la seguridad en el puerto.
Según un balance actualizado por el gobierno este martes, el huracán deja 46 personas fallecidas (incluidos un estadounidense, un canadiense y un británico) y 58 desaparecidos. La cancillería mexicana informó que hasta este martes han sido localizados sanos y salvos 305 extranjeros.
En tanto, en varias zonas se han restablecido la luz eléctrica y las telecomunicaciones, mientras el Ejército distribuye agua y alimentos. Brigadas médicas, apoyadas por doctores cubanos, también prestan atención a los afectados.