Luz y su hermana pretendían tomar uno de los taxis que se encuentran en la costera Miguel Alemán de Acapulco, sin embargo denuncian que es un abuso la tarifa que les dio Milton, el chófer.
- “-¿Regularmente cuánto paga?
- – Setenta y ahorita está cobrando 300, es demasiado. Todo mundo está cobrando lo que quiere, ahorita que está esta situación””
Es el costo que imponen los taxistas, en medio de la crisis generada por el huracán Otis. Argumentan que muchas unidades resultaron dañadas.
“Checa, mira no es un abuso de parte de nosotros, pero checa ¿dónde ves taxis? Nadie quiere arriesgar sus carros” Milton Vega, taxista
Algunos pasajeros, como Benia Ramírez, justifican el incremento.
- “-Pues está ahorita la mínima en 100, 120, 150.
- – ¿Esos tramos antes de cuánto eran?
- -De 80 pesos; casi todo está subiendo al doble, pero por lo mismo de que todo está muy difícil para conseguirse”
Carlos afirma que no todos los taxistas están abusando.
“No, no. Hay uno que otro, pero nosotros normales. Cobramos normal”. Carlos Mendoza, taxista
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Se normaliza venta y precio de gasolina en Acapulco
El costo de la gasolina ya no sirve como pretexto, pues la venta ya se normalizó.
De acuerdo con Petróleos Mexicanos, PEMEX, 36 de 72 gasolineras en el puerto ya reactivaron sus operaciones; ua de ellas es la de Punta Diamante.
“Al principio sí la estaban dando a precio alto, pero ahorita ya la bajaron de nuevo. Premium $24.35, la Magna $22.58 y se despacha lo que pidan”
Ahora todas las estaciones de combustible, están bajo la custodia de la Guardia Nacional y la Secretaría de Marina Armada de México.
“Aquí entran carros particulares, en otra bomba carros oficiales y garrafas. Comenzó a despacharse, lo más rápido que se podía” Rocío Poblete, despachadora de gasolina
Carlos es técnico de la Comisión Federal de Electricidad ya pudo comprar gasolina sin contratiempos en la estación de la carretera escénica y los saqueos de gasolineras fueron erradicados.
“Ahora sí que agarrando garrotes y todo, luchando para que no entraran pues, inclusive en esta tienda querían entrar pero no dejamos”. Ambrosio Cabrera, guardia en la estación Farallón.
Eso sí, el inventario por los destrozos de Otis, aún no termina.