A un año del inicio de la emergencia sanitaria en México, el estado de Guanajuato es una de las entidades que ha hecho frente a la pandemia de COVID-19 robusteciendo su sistema de salud para garantizar el acceso a los servicios médicos a sus habitantes.
Para enfrentar al COVID-19, Guanajuato instrumentó el Plan de Acción Estatal con el objetivo de ofrecer con equidad y calidad los servicios médicos para los guanajuatenses, lo que ha permitido que la tasa de mortalidad se mantenga por debajo de la media nacional.
Entre las acciones destacan la apertura del Hospital Estatal de Atención al COVID-19, el primero en el país en tratar exclusivamente pacientes con esta enfermedad; al que se sumaron el Centro Estatal de Cuidados Críticos en Salamanca y el Hospital Móvil COVID-19.
Como parte del tercer informe de gobierno de Diego Sinhue Rodríguez se dio a conocer que Guanajuato cerró el 2020 con 44 hospitales de atención especializada, que representó un incremento en la atención al pasar de 430 a mil 914 camas para pacientes COVID-19; de las cuales 790 se asignaron para casos graves que requieran ventilador.
A la fecha se han confirmado 121 mil 80 casos de COVID-19 en Guanajuato, de los cuales se han recuperado 106 mil 788 pacientes gracias a la atención y esfuerzo del personal de salud, a los insumos, al material de curación, a los medicamentos y a la infraestructura hospitalaria del estado.
La pandemia ha dejado ver que Guanajuato cuenta con uno de los sistemas de salud más fuertes del país, lo que permitió cerrar el 2020 con 3 mil 937 casos activos; y con la tasa de mortalidad general de 122.22 defunciones por cada 100 mil habitantes, lo que colocó a la entidad por debajo de la media nacional de 146.
Durante el año de pandemia, Guanajuato ha superado los mil millones de pesos de inversión, entre insumos e infraestructura necesaria para atender la enfermedad, así como una serie de acciones para evitar el estancamiento de la actividad económica y la pérdida de empleos.
El gobernador de Guanajuato, Diego Sinhue Rodríguez Vallejo, ha asegurado que no adherirse al Instituto de Salud para el Bienestar (Insabi) fue un acierto que permitió salvar la vida de ocho de cada 10 enfermos por COVID-19 en el estado.
Pese a una baja sostenida en la demanda hospitalaria, el Comité Estatal de Seguridad en Salud (CESSA) se mantiene bajo una vigilancia epidemiológica y exhorta a la población a no bajar la guardia para evitar un repunte.