El viejo vagón donde Isabela toma clases de segundo grado amaneció inundado. Ubicado en el centro de Naucalpan, en este centro escolar no hubo clases.
Maestros y padres de familia llegaron con escoba en mano para sacar las aguas negras que arrastró el Río de los Remedios.
Magdalena Fraga, madre de uno de los alumnos que se quedó sin clases, señala lo importante que es este vagón escuela para los niños.
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“Para mi hijo es muy divertido porque para él es, ‘guau’ vengo a un vagón del tren a la escuela. Académicamente (la escuela) es muy buena, porque realmente las maestras les tienen mucha paciencia. Como papás y ellos, como profesores, nos apoyamos al 100%”.
Magdalena Fraga.
El vagón es parte de la escuela “Licenciado Adolfo López Mateos”. Tiene registro ante la Secretaría de Educación Pública (SEP), pero no suficiente infraestructura… Por ejemplo, sólo hay un ventilador.
“Se siente horrible el calor, pues como este vagón es de lámina se caliente mucho y salimos a tomar clases allá afuera”, refiere Isabela, alumna del vagón escuela.
Por su parte, el director de la escuela, Abisaí Cruz, asegura que requiere un sistema de drenaje y una sombra para sus casi 100 alumnos.
“Luego los sacamos al patio, para que se refresquen, pero les pega el sol de lleno. Entonces, por ahí, hemos estado checando para ver si tenemos alguna lona de arco techo, que, pues eso sería lo ideal para tenerlo aquí en la escuela”
Abisaí Cruz / Director, Vagón Escuela “Lic. Adolfo López Mateos”.
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El tren de conocimiento es abordado a diario por vecinos y nietos de ferrocarrileros del siglo pasado.
“Los abuelos les han contado las historias de cómo viajaban; antes pasaba aquí el tren”, señala Rosalba Mercado, profesora del vagón escuela.
Se espera que los alumnos pronto puedan volver a los pupitres para continuar con su viaje de la enseñanza en el vagón escuela, en el cual están dispuestos a llegar al final de la estación llamada fin del ciclo escolar.
