Es la presa de Valle Bravo que parece agonizar. La zona de compuertas aparenta estar abandonada pero sólo es la falta de agua.
El sistema de medición oxidado, revela los niveles más críticos en la historia. Apenas llega al 32.5% de su capacidad, según la Comisión Nacional del Agua.
Adriana está de visita y no esperaba encontrar esta escena.
“Sí sabíamos que había una crisis, pero llegar aquí y verlo, sí es impresionante ver todo lo que queda de frente y cuánto ha avanzado el desnivel” Adriana Lovato
Las grietas son señales de una presa que tiene sed, en donde las gaviotas cuentan con más terreno firme para descansar, en este cuerpo hídrico ubicado en el Estado de México.
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Sandro es integrante de la Asociación Civil Procuenca de Valle de Bravo y explica que no hay duda, la sobreextracción de agua para enviar a la Ciudad de México, a través del Sistema Cutzamala, genera el mayor impacto.
“Ese es realmente el problema del volumen de agua, la sobreextracción más allá de lo que tienes disponible y de lo que se recargan las presas con las lluvias, ése es el principal problema” Sandro Cusi | Integrante de Procuenca Valle de Bravo, A.C.
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Los arroyos que alimentan la presa, bajan del bosque con cantidades mínimas. La razón podría ser que el agua es desviada para la instalación de bordos y lagos artificiales en predios privados.
“Mira hay un gran debate a cerca de los lagos privados, de qué tanto tienen que ver con el volumen real y con el impacto del agua que detienen para llegar a la presa. Hay represas o bordos que se hacen con diferentes fines, la mayoría son para fines agrícolas. Y hay algunas otras represas que son con fines estéticos o con fines recreativos. Existen de varios tipos” Sandro Cusi | Integrante de Procuenca Valle de Bravo, A.C.
Rosa María vive en Valle, los lagos artificiales, dice, con comunes.
“Sí la mayoría de los ranchos que viven por mi comunidad, sí muchos tienen sus lagos propios” Rosa María Olguín | Habitante de Valle de Bravo, Edomex.
Pero en realidad aquí las afectaciones tienen diversos rostros; cada semana que baja el nivel del agua, también se pierde un poco la magia y el atractivo en este caso, del municipio que es considerada Pueblo Mágico.
Ahora incluso para llegar a los emblemáticos restaurantes flotantes, a marchas forzadas construyen nuevos muelles.
“Tenemos que ir siguiendo el agua, estamos flotando sí, pero el día de mañana nos toca más adentro. De aquí hasta allá, y mañana nos toca bajarlo un poco más, porque si no nos quedamos sentados en el fango” David Rodríguez | Prestador de Servicios Turísticos, Valle de Bravo
