Como cada 28 de septiembre, otomíes llegan con palas y flores de cempasúchil a los panteones para decorar las tumbas y recordar a los niños que partieron antes de tiempo.
“Aquí es mi papá, mi mamá y mi hermanita Eleuteria, les vengo a limpiar, como ya nadie va, yo medio limpio y traigo un ramo de flores para el día de su santo”.
Juana Martínez
Felipe, acompañado de su madre, acudió a visitar las tumbas de sus hermanos que murieron hace más de 20 años.
“Dos hermanos que tengo, aquí venimos a poner la flor para recordar que siempre están con nosotros”.
Felipe Cristóbal
Cada pétalo que cae simboliza el camino y su llegada, la del guía San Miguel Arcángel, quien aseguran, cuida de los pequeños.
“Nuestros antepasados desde años nos los enseñó, nuestros abuelos, papás y nosotros lo vamos a seguir enseñando a nuestros hijos para que no se pierda esa tradición”.
Felipe Cristóbal
Esta tradición data de 1945 en tres comunidades al norte del Valle de Toluca, se trata de San Cristóbal Huichochitlán, San Pablo Autopan y San Andrés Cuexcontitlán, donde también con una ofrenda los esperan
“La flor significa la alegría, la fruta es la eucaristía: el cuerpo y la sangre de Cristo el pan, la vela es la luz de Cristo, la que ocupa uno cuando bautiza; el agua es bautismo, es la que se ocupa para las flores.”
María
La tradición da pie el Día de Muertos y se lleva a cabo el 28 y 29 de septiembre por los otomíes en el estado de México.