Ésta es la cúpula de la iglesia del Señor del Quejido, en el Pueblo Mágico de Villa del Carbón, en el Estado de México, sumergida bajo las aguas de la presa Taxhimay en el año 1935.
Y el día de hoy.…
Debido a la sequía que ha azotado el Estado de México, las presas y lagunas en la entidad han llegado a sus niveles críticos, revelando construcciones que permanecieron bajo el agua más de 100 años.
El 6 de junio de 1935, el pueblo otomí de San Luis de Las Peras quedó totalmente sumergido bajo las aguas de la presa Taxhimay, luego de que las autoridades decidieran ampliar el nivel de la presa para abastecer de agua al estado de Hidalgo. La inundación cubrió en su totalidad el pueblo Otomí, sobresaliendo únicamente la cúpula de la iglesia.
De acuerdo con pobladores, la última vez que los niveles del cuerpo de agua descendieron tanto fue hace 20 años.
– ¿La habían visto así de vacía?
– No, tiene como 20 años, estaba llena de agua, casi nunca la vaciaban; de 20 años para acá, sólo la habían vaciado tres o cuatro veces, pero siempre estaba llena la presa, declaró Agustín, habitante de Villa del Carbón.
El nivel de la presa de Villa del Carbón es tan bajo que ha desaparecido más de la mitad de su extensión, que es aproximadamente de 14 hectáreas.
Otra de las presas que ha quedado prácticamente vacía es la presa Santa Bárbara, ubicada en el municipio de Santo Tomás de los Plátanos, al sur del estado y que tiene una extensión de 72 mil metros cuadrados.
-¿La presa normal hasta dónde llega?
– ¡Hasta las vacas, hasta allá arriba llega el agua!
En esta localidad, también quedó al descubierto la parroquia de Santo Tomás, edificada hace más de 100 años y que quedó sepultada luego de que fuera inundado el pueblo entero para crear la presa que abastecería la antigua hidroeléctrica Miguel Alemán.
A pesar de que ambos cuerpos de agua se encuentran en zonas distintas, las sequías han provocado que el turismo disminuya, bajando los ingresos de quienes viven de ello.
“¡No!, ya no llega gente, ya se perdió, ya se está perdiendo la zona turística que había. Ya no”.
Feliciana Santiago, habitante de Santo Tomás de los Plátanos.
“Ahorita que llegamos, la verdad nos quedamos hasta con la sorpresa de que encontramos y vimos todo ya muy seco. La verdad es que sí está muy cambiado, sí nos sorprendimos bastante porque esta ¡sequísimo!, exageradamente”, precisó Alejandra Santos, turista.
Pobladores y expertos concuerdan que si no llueve de manera habitual este año, las presas y lagunas podrían desaparecer, dejando sin agua a miles de familias.