Decenas de migrantes, en su mayoría de Venezuela, recibieron el año nuevo en los patios de Ferromex del municipio de Torreón, Coahuila, donde fueron bajados por las diferentes autoridades de los tres niveles de gobierno, su camino los ha llevado a Tamaulipas.
Ellos viven la incertidumbre por no poder llegar hasta la frontera y en su desesperación optan por caminar hasta Monclova.
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Martha Arrieta, de 66 años, es venezolana, viaja con su esposo y dos nietos, narra que al ingresar a México el tránsito se les ha dificultado, pues fueron obligados a bajar de los vagones del tren y tuvieron que acampar afuera de una iglesia ubicada a escasos 200 metros de los patios de Ferromex.
- “No nos dejan avanzar, no quieren que nosotros sigamos, nos bajan del tren… a veces nos ponemos a pedir ahí para podernos montar en un tren y varias personas vienen con varios niños con fiebre, con diarrea, erupciones en la piel y yo tengo 66 años y me anime por mis nietos”. Martha Arrieta, migrante venezolana.
Migrantes piden apoyo para seguir su camino
- “Y ya aquí, pues estamos como presos, hay niños, muchos niños con fiebre, con diarrea, necesitamos salir de aquí, la opción que nosotros buscamos es salir de acá para no molestar”. Limber Josué Jiménez, migrante venezolano.
Diócesis Lázaro Cruz González, de 27 años de edad, salió de Cuba hace cuatro meses y diez días, sin embargo, logró que las autoridades le concedieran una cita para calificar a la solicitud del asilo político, pero está varado en Torreón.
- “Ya llevamos cuatro meses y diez días que cumplimos ayer 31 de diciembre, ha sido una gran travesía viajar encima del tren, entonces ya tengo mi cita con la CBP el próximo 20 de enero, pero está complicado porque te bajan del tren a mitad del camino, pero tengo confianza que México nos pueda permitir volver a montarnos al tren para segur con mi viaje”. Diócesis Lázaro Cruz González, migrante cubano.
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Los migrantes montaron un campamento provisional a las afueras de la iglesia de nuestra señora de Fátima, a escasos metros de los patios de Ferromex de Torreón, Coahuila, esperando la oportunidad de volver a subir a los vagones del tren que los lleven a la frontera de Piedras Negras, Coahuila con Eagle Pass, Texas.
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