Viudas y familiares de los 10 mineros que perdieron la vida atrapados hace un año en el pozo de carbón de “El Pinabete”, en Coahuila, reprocharon el retraso en las labores de rescate.
En diciembre pasado, durante la reunión que sostuvieron con la coordinación nacional de Protección Civil y la CFE, se les informó que el rescate tardaría entre 6 y 11 meses.
Hace 15 días, en la última reunión con ambas instancias federales, les hablaron de un nuevo retraso a consecuencia del ingreso de agua a la obra.
Este jueves se cumple un año del accidente en la mina de “El Pinabete” y ellas aún no tienen los restos de sus familiares.
La hermana de Hugo Tijerina, uno de los trabajadores que sigue atrapado, reprochó que no existan garantías de no repetición de estas tragedias, pues hace dos semanas otro accidente ocurrió en el mismo municipio de la región Carbonífera de Coahuila y cobró la vida de dos trabajadores.
- “Eso nunca se van a acabar, porque ahorita nomás tapan todo en lo que andan aquí ustedes y todo eso, mañana, pasado, se van y vuelven a abrir los pozos y si no, ahí está el accidente ese. Ese no debió haber pasado”. Juanita Tijerina
Mientras, los mineros sobrevivientes aseguran que aún luchan con las secuelas físicas que les dejó la tragedia.
- “A los 5 que sobrevivimos nunca hubo un apoyo, ni se nos marcó para entregarnos el seguro de vida. De nosotros nunca suena nada, ni se oye nada. Desde que empezó todo”. Héctor Javier Díaz, minero
Héctor asegura que fueron condicionados para no dar entrevistas y hasta que los reflectores se alejaron del hecho, él y sus cuatro compañeros sobrevivientes fueron citados por la empresa.
- “De indemnización nos dieron 6 mil pesos, es lo que nos dieron a todos, a unos cuatro mil, que lo agarráramos si no”. Héctor Javier Díaz, minero
Sumado a la falta de apoyo, las secuelas físicas y emocionales se han convertido en parte de su vida cotidiana.
“Del agua en el pulmón, nos dijeron que con el tiempo va a ir. El oído se me reventó, y me dijeron que era un agujerito muy pequeño”. Héctor Javier Díaz, minero
Héctor hoy en día se emplea en una obra en construcción, asegura que no ve bien y sufre de continuos dolores de cabeza, mientras que otros de sus compañeros quedaron afectados de piernas y caderas por el deslave de la mina “El Pinabete”.
A pesar de ello, no descartan volver a trabajar en la minería ante la falta de oportunidades.