Es la primera vez que Antonio y su familia regalan comida a los peregrinos que llegan cada diciembre a la Basílica. Es su manera de agradecer a la Guadalupana el haber tenido un buen año.
“Fue una promesa que tuvimos, que hicimos el año pasado. Si llevábamos a cabo algunas cosas o nos salía bien entonces hicimos la promesa de este año venir y darles comida a los peregrinos, ésa fue la motivación”. Antonio
Entre los cuatro integrantes de la familia prepararon tortas y compraron botellas de agua para ayudar a los visitantes que llegan con sed y hambre, como es el caso del señor Luis, proveniente del Tlaxcala.
“Son bien generosos y eso es bueno porque viene uno cansado, tiene uno necesidad y sí se apiadan de uno”. Luis, peregrino
La familia Díaz también se sumó. Abuelos, madres y niños se colocaron metros antes de la entrada principal de la Basílica a servir agua de jamaica y repartir comida, tortas y fruta.
“Estamos haciendo todos un esfuerzo para ayudar a la gente que más necesita porque ahorita nos falta ser muy sensibles y ser más humanos” Nancy Díaz
Para llegar hasta aquí, la señora Lucía caminó 5 horas desde el municipio de Nezahualcóyotl, en el Estado de México, por lo que hizo una pausa y se sentó unos minutos a descansar y a comer el lunch que la familia Díaz le regaló.
“Qué bonitos son ellos, le dan a toda la gente que va pasando, muchos en realidad tienen ganas de comer y a lo mejor hasta ni dinero traen para comprar, como nosotros” Lucía, peregrina
Conforme pasan las horas aumenta la presencia de peregrinos en la zona y también las muestras de solidaridad de quienes los reciben.