La pureza del río Magdalena, en la zona de los Dinamos, se ve amenazada por la contaminación que generan rituales de santería. Laura es brigadista y muestra lo que hallan constantemente cuando limpian el cauce.
“Quiero que me ames, quiero que me ames, esto es un amarre. Pagan a unas personas para hacer este tipo de daño a otra persona”.
Laura Sánchez, brigadista.
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Kilos de fruta utilizada para ofrendas, flores, botellas, collares y animales muertos forman parte de los residuos que lo contaminan. Es el único río vivo en la ciudad, ésa es su mayor atracción.
“Buscan el agua corriente, agua limpia que nace y por eso siempre andan buscando donde haya agua para hacer sus limpias”.
Pero el problema no es menor, pues en medio de la crisis hídrica que vive el país, el río Magdalena se integra a la red de agua potable de la capital mexicana.
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A partir de este lugar conocido por los habitantes de la zona, como el cargadero, es en donde el Sistema de Aguas de la Ciudad de México capta el líquido para distribuirlo en el sur poniente de la capital mexicana.
La red de SACMEX lleva esta agua a los hogares.
“Tenemos la información que va para Santa Fe, va para Los Pedregales, va para los últimos desarrollos que se hicieron aquí en Santa Teresa”.
Francisco Nava, Presidente, Bienes Comunales, Magdalena Contreras
Por ello, el Comisariado Ejidal en Magdalena Contreras solicita la intervención de la policía, para prevenir esto que es considerado un delito ambiental.
“Constantemente con las vigilancias que hace la CORENADR, que hacemos nosotros, nuestros grupos aquí de la comunidad, pues los reportamos, pasamos las notas, pero es muy difícil que se nos apoye para remitirlos”.
Francisco Nava, Presidente, Bienes Comunales, Magdalena Contreras
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La petición para todos es cuidar el agua del río.
“Luego no tienen esa conciencia de llevarse la basura o de tan sólo el popote, la colilla del cigarro, pues llevárnosla a nuestra casa a un lugar a donde la podamos tirar para cuidar esta bella agua”.
Brian Ernesto López, brigadista
Y también frenar la contaminación generada por los rituales.
“Se untan cremas, se untan aceites y todo eso va al río; si no cuidamos el río, estamos a punto de vivir una guerra del agua”.
Enrique Muñoz, brigadista
