Ser repartidor de aplicación es complicado, pero es muy peligroso para las mujeres, Paola lo sabe.
“Si vengo escotada, si vengo en bóxers, si vengo en shorts, si vengo en falda, pues quieren que les estamos coqueteando y no es así”. Paola Ángel, repartidora
Miriam, otra repartidora de la Ciudad de México, cuenta que el hostigamiento está a la vuelta de la esquina o detrás de la puerta de un cliente.
“Me han tocado clientes saliendo en bóxers, no completamente desnudos, pero en bóxers sí”. Miriam Martínez, repartidora
Areli asegura que trabajan con el estigma de ser mujer.
“Piensan que por ser una mujer y que andas en la calle y a lo mejor ya son altas horas de la noche, -Ah bueno pues hasta le gusta-“. Areli Piña, repartidora
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El acoso no es el único peligro.
“Tenemos nuestro registro de la compañera que fue secuestrada durante siete días”. Paola Ángel, repartidora
Para protegerse, crearon la iniciativa “Ni una repartidora menos”. Son unas 100 mujeres que se vigilan las 24 horas, los siete días de la semana.
“Si veo que es un punto que está en una zona roja, les digo que me eche un ojo por cualquier cosa. En mi caso puede ser la Doctores, la Pensil, la Anáhuac”. Miriam Martínez, repartidora
Encienden sus alertas cuando hay actitudes extrañas
“Checamos qué tan persistente es el cliente, es como nuestra red flag, a ver qué tanto manda mensajes de ¿dónde estás?, ¿qué estás haciendo?, ¿eres mujer?”. Paola Ángel, repartidora
Dan seguimiento a denuncias de acoso y registran dónde ocurrieron.
“Hay un mapa de zonas de riesgo donde se han levantado reporte si han tenido alguna situación con algún mal cliente, el acoso, si los asaltaron y si es extorsión”. Areli Piña, repartidora
Para unirse a ellas basta enviar un mensaje a sus redes sociales.