Mientras se relajan las medidas sanitarias, las calles del Centro Histórico lucen llenas de gente en estas vacaciones de Semana Santa.
Las autoridades han retirado los cercos de la Plancha del Zócalo capitalino, por lo que cientos de personas disfrutan el ondear de la bandera de México desde las mesas y sillas de la franja peatonal que rodea el Palacio de Gobierno.
“Bastante gente, hace unos días venía a comprar un material aquí cerca y no había tanta gente como en estos días, parece que es fin de semana, otras veces desértico, pero ahorita hay más afluencia”.
Cuauhtémoc Jiménez, visitante del Centro Histórico.
A pesar de las recomendaciones para evitar una tercera ola de contagios por COVID-19, miles de visitantes buscan ingresar a tiendas y restaurantes en calles del Centro Histórico, como Francisco I. Madero, Venustiano Carranza y 16 de Septiembre.
En el corredor Francisco I. Madero, inclusive nos hemos encontrado con negocios en los que las personas hacen largas filas para poder conseguir algo de comer.
Son familias enteras que dicen escapar del encierro por la cuarentena, las integran niños, jóvenes y personas de la tercera edad. Además, algunos de los paseantes no usan mascarillas protectoras o cubrebocas.
“Desgraciadamente creo que nos falta un poquito de educación, estamos así, pero no guardamos nuestra distancia”.
Carlos, visitante del Centro Histórico.
Para algunos, la gran cantidad de gente en calles del Centro Histórico representa la oportunidad para conseguir ingresos, como el caso de los músicos, interpretan sus piezas en los corredores peatonales y amenizan la comida en restaurantes, que ahora ofrecen su servicio en las banquetas.
“De esto vivimos, somos de la tercera edad necesitamos el trabajo, tenemos más de un año sin trabajo”.
Elí Guillén, músico del Centro Histórico.
Y mientras la música suena, las autoridades intentan concientizar con carteles a la ciudadanía, para evitar concentraciones y contagios.